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Comprender el ambiente, las necesidades reales y modos locales de producción para la apropiación del espacio, genera un efecto positivo tanto en la eficiencia material durante el tiempo, así como una mejoría en la vida de sus habitantes.

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El prototipo de La casa Maya, localizada en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo, es ejemplo de un diseño bioclimático eficiente, donde se utilizan materiales de la región, lo que permite lograr una casa fresca en temporada de calor y cálida en invierno.

Por sus características, se permite un crecimiento es horizontal a través de pabellones separados donde no se cuenta ni con calles pavimentadas, servicios de agua, luz y teléfono.

En un contexto rural, la casa Maya -desarrollada por Pascal Arquitectos- busca vincular a la arquitectura con las características ambientales y sociales del territorio.

Las casas hoy en día están hechas con concreto armado o mampostería y es un material no acorde con las costumbres, el estilo de vida local y de ninguna manera abordan lo sustentable. Dichas viviendas perdieron el contexto arquitectónico regional, provocando una arquitectura espontánea, pero sin diseño.

Según las encuestas realizadas por Infonavit, se identificó que los pobladores de la región duermen en hamacas; el lavado y la cocina se hacen al exterior; se bañan con cubeta y hacen sus necesidades fisiológicas en letrinas; no hay televisión y muchas familias no tienen refrigerador.

Descripción del proyecto

No se busca replicar la casa típica del sureste, sino lograr una versión contemporánea repetible y fácilmente construible, en tiempo y costo, utilizando materiales regionales. El diseño promueve la vida en contacto con el exterior, integrándola a su entorno y dando continuidad a las costumbres originarias, logrando una vivienda sustentable que economiza energía, recursos e incluye una solución de agrupamiento, en terrenos de 272 metros cuadrados.

La casa diseñada es incremental y de autoproducción asistida, ocupa una superficie cubierta de 43 m2 en su fase inicial y considera dos fases de crecimiento con pabellones de 7.44 m2 y de 11.16 m2. Todos sus espacios habitables cumplen con las condiciones higiénicas y cuenta con los elementos necesarios para ser una vivienda adaptada a su medio ambiente.

Se compone de 2 recámaras y se puede acceder a ellas tanto del interior como del exterior de la vivienda, que junto con la cocina y el servicio sanitario, constituyen la base de la vivienda.

Es un módulo tridimensional de 4x4 pies, con tabiques ecoblock -hechos de tierra- en base a colocación de piezas enteras o mitades, que no generan residuos en el proceso de construcción, sin necesidad de mano de obra especializada.

El techo de palma es impermeable, aislante térmico y permite que el aire caliente que tiende a subir se expulse al exterior. Por esto, la casa es fresca en temporada de calor y cálida en invierno. La energía eléctrica es suministrada por celdas fotovoltaicas, que se almacenan en baterías, para lo cual se propone hacer uso de los incentivos y apoyos del gobierno.