Su trayectoria se concentró en una larga labor de conservación del legado cultural peruano: tuvo una labor importante en Trujillo; fue parte del equipo del primer plan integral para la conservación del centro histórico de la ciudad, y uno de los primeros que se hicieron en el país.
Durante muchos años presidió el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), entidad mundial que se encarga de la protección de monumentos y de sitios de interés cultural. Además su apoyo fue sumamente importante en 1991, cuando se reconoció al Centro Histórico de Lima como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, informó ArchDaily.
También se destacó como catedrático en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), donde se formó como profesional.