El edificio, nombrado Powerhouse Brattokaia, está ubicado en el puerto con vista al fiordo de Trondheim, Noruega, y se trata de una edificación angular de oficinas rodeado de 3 mil metros cuadrados (m2) de paneles solares que proporcionan energía verde para sí misma, edificios vecinos y transporte público de la ciudad. Kjetil Trædal Thorsen, fundador la firma de arquitectura noruega, explicó que espera que esto establezca un nuevo estándar para la industria de la construcción respecto al uso de la luz ante la crisis climática, sin comprometer la estética.
"Los edificios energéticamente positivos son los edificios del futuro. El mantra de la industria del diseño no debe ser 'la forma sigue a la función' sino 'la forma sigue al medio ambiente'", sostuvo. El edificio de oficinas mide 18 mil m2 y está conectado a la estación de tren de la ciudad mediante un puente peatonal en la parte trasera del edificio. Además, alberga una cafetería y un centro de visitantes en la planta baja.
El mayor desafío para los arquitectos que conforman Snøhetta fue diseñar un edificio con una forma específica que garantizara una máxima exposición al sol y, que de esta forma, los paneles solares que lo rodean pudieran absorber una cantidad considerable de luz natural. Andreas Nygaard, arquitecto senior de la firma, explicó que “para cosechar suficiente energía para que el edificio sea positivo en energía neta durante su vida útil, el techo debe ser relativamente empinado, 19 grados en este caso, para ser optimizado en relación con el ángulo del sol”.
Durante un año, estos paneles generan aproximadamente 500 mil kilovatios hora de energía limpia y renovable. La energía excedente recolectada en el verano se almacena en baterías para su uso en los oscuros meses de invierno. Asimismo, el Powerhouse Brattokaia cuenta también con un aislamiento extremadamente eficiente, sistemas inteligentes que regulan la ventilación y una estructura de concreto de baja emisión, la cual permitirá regular la temperatura del edificio utilizando masa térmica.