Ubicado a 100 kilómetros al noreste de la ciudad de Umluj, el complejo albergará 40 villas que estarán rodeadas por un paisaje desértico. Éstas se organizarán en dos líneas con la finalidad de aprovechar la vista de las dunas circundantes.
Se instalarán edificios de recepción, un spa, una gran piscina y varios restaurantes. Además, el Plan Maestro contempla un lugar dónde albergar a 700 empleados.
En contraste con las formas en ángulo de las villas, los edificios y espacios comunes estarán protegidos por grupos de formas curvas en forma de paraguas sostenidas sobre columnas de madera.
Gerard Evenden, jefe de estudio de Foster + Partners señaló que el diseño del hotel se basó en la utilización de los materiales apropiados para la ubicación desértica circundante y así reducir su dependencia del enfriamiento artificial. “De nuestro trabajo anterior en el desierto, una de las cosas más importantes es evitar el uso de lo que llamamos materiales de alta masa térmica.
“Si usas piedra u hormigón en el desierto, el problema es que con el tiempo se calienta y se convierte en una masa térmica. Irradian calor y retienen el calor; nunca se enfrían”, puntualizó.
Indicó que las estructuras se diseñaron para ser livianas. Además, cabe resaltar, buscarán la fabricación de elementos fuera del sitio para acelerar el proceso de construcción, eficiente desde el punto de vista energético”.
Éste es solo uno de los dos hoteles que formarán parte de The Red Sea Project, que verá cómo una cadena de alrededor de 90 islas se convertirá en un centro turístico de primer nivel. Southern Dunes, que se incluye dentro de la primera fase del proyecto, abrirá sus puertas en 2022.