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La digitalización y la generación propia de energía están redefiniendo el diseño, operación y competitividad de los edificios corporativos e industriales, transformándolos en actores activos de la red energética.

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En el marco del Día Mundial del Urbanismo (celebrado cada 8 de noviembre), surge un concepto que está transformando la manera en que se conciben los espacios comerciales e industriales: el edificio prosumidor.

 

Esta nueva visión replantea el papel de la arquitectura dentro de los ecosistemas urbanos, donde la sostenibilidad y la eficiencia energética ya no dependen únicamente del diseño, sino también de la capacidad de los edificios para generar, gestionar y optimizar su propia energía.

 

Presentado y analizado durante el Impact Show 2 de Schneider Electric, el término combina las palabras productor y consumidor, y describe a una edificación que deja atrás su rol pasivo dentro de la red eléctrica para convertirse en un participante activo, capaz de interactuar, estabilizar y aportar al sistema urbano.

 

 

Arquitectura que produce energía: un nuevo paradigma de diseño

Un edificio prosumidor utiliza tecnologías como paneles solaresbaterías de almacenamiento y sistemas avanzados de gestión digital para operar de forma inteligente. Esta infraestructura convierte a los inmuebles en sistemas vivos, donde la arquitectura y la tecnología se integran para:

  • Generar energía propia, reduciendo la dependencia de la red.
  • Almacenar y distribuir electricidad según la demanda interna.
  • Monitorear consumos en tiempo real, creando mapas energéticos detallados por área y equipo.
  • Optimizar operaciones y reducir desperdicios.

De acuerdo con Daniel Reynoso, líder de Desarrollo de Negocio en Amara NZero, la clave está en la visibilidad total del consumo: “El gran cambio ocurre cuando un edificio pasa de ignorar sus consumos a tener un mapa detallado de su energía. Ese conocimiento permite integrar tecnología de manera inteligente y con retorno claro”.

 

Más allá del ahorro energético, el modelo prosumidor aporta beneficios que están redefiniendo la competitividad empresarial:

 

  • Resiliencia operativa: capacidad de mantener funciones críticas ante fallas en la red.
  • Predictibilidad financiera: control real sobre costos energéticos y volatilidad tarifaria.
  • Eficiencia y optimización: mejor rendimiento de maquinaria y procesos gracias al monitoreo digital.
  • Cumplimiento ESG: avances medibles en sostenibilidad, cada vez más valorados por inversionistas y clientes.