El peso se ha estabilizado entre 21.20 y 21.40 pesos por dólar, como consecuencias de fuerzas a favor y en contra del dólar americano. A favor del dólar (y en contra de las demás divisas, incluyendo al peso) está: 1) la incertidumbre por el coronavirus y la recuperación económica global, 2) la guerra comercial entre Estados Unidos y China y, 3) tensiones políticas en distintas partes del mundo. En contra del dólar, están: 1) la expectativa de mayores estímulos fiscales y 2) la expectativa de una política monetaria acomodaticia por un período prolongado en Estados Unidos.
Aún y cuando el coronavirus ha sido el factor que ha causado los mayores movimientos del tipo de cambio en los últimos meses, se esperaba que el proceso electoral de Estados Unidos generara también volatilidad, como hace 4 años.
El proceso electoral de EUA no ha tenido un efecto significativo sobre el tipo de cambio probablemente debido a las posturas de los candidatos.
Biden ha tomado una postura más central.
Trump, quien hace 4 años provocó máximos históricos en la paridad peso-dólar, no se muestra ahora tan riesgoso para México, pues el tratado comercial ya fue renegociado.
Existe el riesgo de disturbios lo que elevaría la percepción de riesgo global, depreciando al peso.
Pero esto sólo se vislumbra como un riesgo temporal hacia el cierre del año. Para el 2021, el escenario es de menos volatilidad, pues después de un año lleno de vaivenes, generalmente sigue un año tranquilo. En términos de la pandemia, es probable que salga una vacuna, y aún y cuando no se tenga disponibilidad global, esto reduciría la aversión al riesgo de los inversionistas. Asumiendo que la percepción de riesgo relativa sobre México se mantiene, los escenarios para el 2021 se reducen al manejo de la política monetaria en México y en Estados Unidos.
Escenario pesimista:
La Reserva Federal habla de subir la tasa de interés o retirar estímulos.
El Banco de México sigue recortando la tasa de interés, ubicando la tasa de referencia por debajo de 4%, en términos nominales y generando una tasa real negativa.
Bajo este escenario podrían darse menores entradas de capitales a México.
Tipo de cambio se ubicaría alrededor de 22.00 -23.00 pesos.
Escenario medio:
Se mantiene la posición relativa de la política monetaria entre México y Estados Unidos.
Los capitales siguen reaccionando, pero entran en mayor medida a México buscando rendimiento.
Tipo de cambio se ubica alrededor de 20.50-21.50.
Escenario optimista:
La Reserva Federal sigue con su política monetaria acomodaticia, mientras que Banxico detiene los recortes en una tasa de 4%, con lo cual la tasa real se ubica en terreno positivo, atrayendo capitales.
Tipo de cambio se ubica alrededor de 18.50 a 19.50 pesos.
El escenario medio parece ser el de mayor probabilidad de ocurrencia, seguido del escenario optimista. El escenario pesimista, se daría en un entorno de una holgura económica amplia para México que diera espacio en la inflación a mayores recortes en la tasa de interés, sumado a un crecimiento más acelerado en Estados Unidos. Lo anterior podría materializarse en el caso de mayor cautela entre los hogares y las empresas de México, provocada por políticas económicas no ortodoxas o estancamiento en la recuperación de las exportaciones hacia Estados Unidos.
Riesgos
A pesar de que se espera que el 2021 sea un año con menor volatilidad, existen riesgos que podrían propiciar movimientos erráticos del tipo de cambio, por lo que se sugiere la toma de coberturas.
Entre los riesgos destacan a nivel global: rebrotes de coronavirus, vacuna fallida o con efectos adversos significativos, disturbios, tensiones entre países y guerra comercial entre EUA y China.
Entre los riesgos locales destaca la posibilidad de que suba la percepción de riesgo relativa sobre México por: recortes en la calificación de la deuda soberana, política no ortodoxa del gobierno, mayor proteccionismo comercial por parte de EUA y problemas en otras economías emergentes que contagien el sentimiento hacia México.
Ante los escenarios es importante recordar que el peso mexicano es la divisa más líquida de Latinoamérica y por lo tanto es muy sensible a lo que sucede en el exterior y va cambiando a través del tiempo de los factores que lo determinan.