El desempeño operativo y financiero de GICSA, una desarrolladora mexicana de centros comerciales y desarrollos para uso mixto, ha mejorado gradualmente en los últimos meses, pero S&P Global destaca la necesidad de que su deuda a largo plazo debe ser controlada.
Los cobros de rentas de GICSA también se han normalizado, pero el crecimiento de los ingresos por rentas sigue siendo bajo, lo que podría indicar niveles de renta variable (vinculados a las ventas de los inquilinos) por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Añadió que los acuerdos de capitalización alcanzados con los tenedores de bonos locales, como parte de la reestructuración de la deuda en febrero y marzo de 2022, alivian la carga en la generación de efectivo, que se refleja en el EBITDA a interés en efectivo en los últimos trimestres.
No obstante, según los acuerdos, la capacidad de GICSA para capitalizar estos pagos de intereses disminuirá gradualmente en los próximos años.
La deuda consolidada total al cierre del tercer trimestre del 2022 fue de 28 mil 858 millones de pesos.
Agregó que quedan varios activos pendientes de monetizar, con un valor estimado de alrededor de 4 mil millones, que la compañía seguirá utilizando para pagar las notas o bonos locales, también como parte del último acuerdo de reestructuración de deuda.