Durante el tercer trimestre, el peso acumuló una depreciación de 7.51% o 1 peso y 38 centavos, con el tipo de cambio tocando un mínimo de 17.6067 el 12 de julio y un máximo de 20.2181 pesos el 5 de agosto, también máximo en el año. Con esto, el peso suma dos trimestres consecutivos de depreciación, acumulando una caída de 18.93% en este periodo, siendo la mayor depreciación en un periodo de dos trimestres desde junio del 2020, cuando el peso acumuló una caída de 21.48% en la primera mitad de ese año.
La depreciación del peso durante el tercer trimestre se debió a la combinación de los siguientes factores:
- Aversión al riesgo sobre México por el resultado de las elecciones del 2 de junio. En julio continuaron observándose presiones al alza para el tipo de cambio, luego de que Morena y partidos de coalición obtuvieron mayoría calificada en la Cámara de Diputados y casi lograron la mayoría calificada en el Senado, lo que elevó la probabilidad de que se aprobaran reformas constitucionales.
Destaca en la reforma la elección de jueces, ministros y magistrados por voto popular. Los partidos políticos tendrán peso sobre la elección de candidatos a ocupar los cargos, lo que pone en riesgo la división de poderes. Al debilitarse el marco jurídico, es probable que se frene el crecimiento de la nueva inversión, lo que limitará el crecimiento económico potencial.
La segunda reforma relevante permite que el ejército asuma el control de la Guardia Nacional, que a su vez será responsable de la seguridad pública en el país. Lo anterior es visto como un paso hacia la militarización de la seguridad pública. Cabe recordar que la gobernanza y en específico, la inseguridad pública, son frenos para el crecimiento económico de México.
Siguen pendiente de aprobación otras reformas constitucionales, destacando la reforma para desaparecer organismos autónomos, en donde están incluidos los reguladores de competencia económica. Asimismo, se lanzó una iniciativa para dar preponderancia a la CFE por encima de otras empresas privadas de energía. Esto presenta un riesgo para la llegada de nuevas inversiones en México y eleva el riesgo que la controversia comercial en materia de energía se lleve a fase de panel.
Los recortes de la tasa de interés en el trimestre estuvieron respaldados en la desaceleración económica de México y su efecto a la baja sobre los precios al consumo. Asimismo, la inflación general se desaceleró de 5.61% en la primera quincena de julio a 5.66% en la primera quincena de septiembre, con la inflación subyacente ubicándose en 3.95%, por primera vez por debajo del 4.0% desde la segunda quincena de febrero del 2021.
Es importante mencionar que el 18 de septiembre, la Reserva Federal inició el ciclo de recortes de la tasa de interés con un ajuste de 50 puntos base a un rango entre 4.75% y 5.00%, ante señales de debilidad en el mercado laboral y por la desaceleración de la inflación. Asimismo, enviaron la señal de que podrían recortar la tasa en otros 50 puntos base antes de que termine el año. A pesar de que el Banco de México no toma sus decisiones de política monetaria basadas en lo que haga la Reserva Federal, los recortes a la tasa en Estados Unidos dan margen de maniobra al Banco de México para ajustar la tasa, sin que se observe una caída del diferencial de tasas, lo que reduce el riesgo de alta volatilidad en el mercado financiero.
Cabe recordar que la apreciación del peso en 2023 y los primeros meses del 2024, estuvo respaldada en parte por la acumulación de posturas de carry. Las posturas de carry trade consistían en adquirir deuda en divisas con una baja tasa de interés (como el yen japonés) y utilizar los fondos para invertir en instrumentos de renta fija en divisas con una mayor tasa de interés (como el peso mexicano). Esta estrategia resulta rentable, siempre y cuando: a) se mantuviera un amplio diferencial de tasas de interés, b) la divisa en la que se pide prestado (yen) se deprecie, c) la divisa en la que se invierte en renta variable se aprecie (peso mexicano) y d) prevaleciera baja volatilidad.
El 19 de marzo, el Banco de Japón subió 20 puntos base la tasa de interés de -0.10% a 0.10% y el 31 de julio volvió a subir la tasa en 15 puntos base a 0.25%, enviando la señal de que habría incrementos adicionales en los próximos meses. Por lo anterior, el yen se fortaleció con fuerza. Al mismo tiempo, el peso mexicano se depreció tras las elecciones, propiciando la destrucción de posturas de carry trade que favorecían al peso mexicano. De hecho, el tipo de cambio máximo en el año de 20.2181 pesos por dólar se alcanzó el 5 de agosto, por la destrucción de posturas de carry trade a pocos días de que el Banco de Japón recortara la tasa de interés.
Trump mantuvo una retórica proteccionista, diciendo que impondrá un arancel del 10% a todas las importaciones, para reducir el déficit comercial y entre el 60% al 100% a las importaciones chinas. De hecho, en la Convención Nacional Republicana mencionó que impondría aranceles del 100% al 200% a los autos chinos fabricados en México, lo cual ha repetido durante los últimos meses.
Por su parte, el 21 de julio el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abandonó la carrera presidencial tras evidencia de deterioro físico que le impedía continuar con un segundo periodo en la presidencia. Lo anterior generó nerviosismo temporal en los mercados hasta que se confirmó que Kamala Harris tenía el respaldo necesario para ser la candidata. A pesar de que Kamala Harris es vista como una candidata menos explosiva que Trump y ha evitado comentarios en contra de México, es probable que de ganar la presidencia asuma una postura dura en contra de México en materia comercial. En septiembre, Harris señaló que ella votó en contra del T-MEC como senadora, debido a que el tratado no protegía a los trabajadores estadunidenses y agregó que utilizará el proceso de revisión del tratado programado para el 2026. Lo anterior eleva el riesgo de que la revisión se convierta en una renegociación en el escenario de que ella gane la presidencia. Asimismo, podrían iniciar nuevas disputas comerciales en contra de México e imponer sanciones o aranceles, debido a la aprobación de la reforma al Poder Judicial, la probable aprobación de la reforma para eliminar organismos autónomos y la iniciativa para dar preponderancia a la CFE por encima de otras empresas del sector energético.
En septiembre, las divisas más depreciadas frente al dólar son: el rublo ruso con 2.80%, el shekel israelí con 2.58%, el peso argentino con 1.84%, el peso colombiano con 0.64%, el florín húngaro con 0.36% y la lira turca con 0.36 por ciento. Las divisas más apreciadas son: el ringgit de Malasia con 4.56%, el rand sudafricano con 3.05%, el real brasileño con 2.83%, el dólar australiano con 2.14%, la rupia de Indonesia con 2.04% y la libra esterlina con 1.87 por ciento.
A su vez, en el tercer trimestre, las divisas más depreciadas son: el rublo ruso con 8.44%, el peso mexicano con 7.51%, el peso argentino con 6.28%, la lira turca con 4.39%, el peso colombiano con 1.34% y la rupia india con 0.49 por ciento. Las divisas más apreciadas son: el ringgit de Malasia con 12.59%, el yen japonés con 10.73%, la rupia de Indonesia con 7.54%, el franco suizo con 5.86%, la libra esterlina con 5.57% y el dólar de Singapur con 5.21 por ciento.
Y en los primeros nueve meses del año, las divisas más depreciadas son: el peso argentino con 19.82%, el peso mexicano con 16.04%, la lira turca con 15.81%, el real brasileño con 12.30%, el peso colombiano con 8.49% y el rublo ruso con 3.94 por ciento. Las divisas más apreciadas son: el ringgit de Malasia con 10.24%, el rand sudafricano con 5.92%, la libra esterlina con 5.03%, el dólar de Singapur con 2.65%, el zloty polaco con 2.23% y la rupia de Indonesia con 1.68 por ciento.
Entre los errores de política económica destacan la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, iniciativas, reformas e intervención del estado en la economía que generó cautela y que las inversiones privadas no crecieran tanto, a pesar de la oportunidad del nearshoring. En el mercado financiero, la tenencia de valores gubernamentales por residentes del extranjero se contrajo 14.43% durante el sexenio de López Obrador o 308,648 millones de pesos, de acuerdo con datos hasta el 19 de septiembre. Esta es la mayor caída sexenal en registro de la tenencia de valores gubernamentales medida en pesos. Lo anterior a la par de una política de austeridad en la que el gobierno frenó el crecimiento de la inversión física y se reflejó en un deterioro de la infraestructura del país. En este sentido, el PIB de servicios básicos (generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final) se encuentra 25% por debajo del cierre del 2018.
Por otro lado, entre los aciertos está la reforma del outsourcing, el incremento sostenido del salario mínimo y el incremento de la masa salarial. Lo que queda pendiente es una mejora sustancial en el mercado laboral, particularmente disminución de la tasa de informalidad, que, aunque en el sexenio disminuyó, fue a un paso muy lento e insuficiente para que la tasa de informalidad bajara del 50% de los ocupados.
Algunos de los retos con los que tendrá que empezar la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, serán la disminución del déficit presupuestario, la reestructura del gasto público para empezar a incrementar el gasto en inversión física, el mantenimiento de infraestructura y estrategias para aprovechar mejor la oportunidad del nearshoring e impulsar el crecimiento económico.
Durante el sexenio de López Obrador, el tipo de cambio alcanzó un mínimo de 16.2616 pesos por dólar el 9 de abril del 2024 y un máximo de 25.7849 pesos por dólar, nuevo máximo histórico. El máximo histórico se alcanzó el 6 de abril del 2020, durante la pandemia, después de que en México se anunciara que no habría una política fiscal contra cíclica, a la par de la caída del precio del petróleo y la aversión al riesgo global por la pandemia.
- Depreciación del peso al cierre del sexenio anterior, después de que López Obrador, siendo presidente electo, decidiera cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, lo que ocasionó un aumento de la aversión al riesgo sobre México, por la posibilidad de políticas públicas que dañaran a la economía.
- Fuerte recuperación económica de Estados Unidos tras la pandemia del 2020, lo que ocasionó la rápida recuperación de las exportaciones mexicanas hacia ese país.
- Crecimiento de las remesas, por los elevados estímulos económicos en Estados Unidos y su rápida recuperación económica.
- Atractivo para hacer carry trade. Debido a la elevada tasa de interés se incrementaron las posturas de inversión provenientes de otros países, financiadas con endeudamiento en países con baja tasa de interés (como Japón). Este atractivo se desvaneció en el último trimestre del sexenio.
- Estabilidad política y social en comparación con otras economías emergentes.
Mientras, el mercado de capitales cerró el trimestre con ganancias generalizadas a nivel global. El desempeño del trimestre se debe a la desaceleración en la inflación en Estados Unidos y el enfriamiento del mercado laboral, lo que llevó a la Fed a recortar 50 puntos base la tasa de interés en septiembre. Esto elevó el optimismo por parte del mercado de que el ciclo bajista de la tasa de interés será acelerado, llevando a la mayoría de los índices a nivel global a alcanzar máximos históricos. Asimismo, a finales de septiembre, China anunció mayores estímulos en su economía, resaltando el sector inmobiliario que ha mostrado signos de desaceleración, lo que impulsó al alza principalmente a los índices europeos.
En Estados Unidos, el Dow Jones registró una ganancia en el trimestre de 8.21%, la mayor desde el último trimestre del 2023, llegando a un nuevo máximo histórico en la sesión de 42,628.32 alcanzado en la sesión del 27 de septiembre del 2024. El Nasdaq Composite mostró un avance en el trimestre de 2.57%, ligando 4 trimestres consecutivos de ganancias y alcanzando un nuevo máximo histórico de 18,671.07 puntos. Es importante resaltar que el Nasdaq alcanzó el máximo a inicios del trimestre el 11 de julio. Por su parte, el S&P 500 registró un avance en el trimestre de 5.53%, ligando 4 trimestres consecutivos de ganancias. En ese mismo periodo, el S&P 500 ha ganado 34.38%. Al interior, 10 de los 11 sectores registraron ganancias en el trimestre, resaltando: servicios básicos (+18.47%), inmobiliario (+16.29%), industrial (+11.15%) y financiero (+10.22%).
Con respecto a Europa, el STOXX 600 registró una ganancia de 2.24% en el trimestre, tocando un nuevo máximo histórico en la sesión del 27 de septiembre de 528.68 puntos. El DAX alemán mostró un avance en el trimestre de 5.97%, también alcanzando un nuevo máximo histórico de 19,491.93 puntos. Por su parte, el FTSE 100 de Londres ganó 0.89% en el trimestre, ligando 5 trimestres consecutivos de ganancias. A pesar del avance, el índice no alcanzó a tocar un nuevo máximo histórico.
Regresando con México, el IPC de la BMV cerró el trimestre con una ligera ganancia de 0.07%, cortando una racha de 2 trimestres de pérdidas. Durante el sexenio de López Obrador que termina hoy, el IPC registró una ganancia de 25.75%, superando el desempeño negativo en el sexenio de Enrique Peña Nieto (-0.24%), pero quedando muy por debajo del desempeño de los otros 3 sexenios (+118.41% con Zedillo, +341.60% con Fox y +67.59% con Calderón). Es importante resaltar que, durante el sexenio de Peña Nieto, previo a las elecciones presidenciales del 2018 en las que ganó López Obrador, el índice acumulaba una ganancia sexenal de 13.94 por ciento. Estas ganancias se borraron tras confirmarse que López Obrador ganó la presidencia y por la cautela tras la cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, incluso antes de la toma de posesión en diciembre del 2018.
Al interior del IPC se observaron resultados mixtos, en donde 16 de las 35 emisoras cayeron en el trimestre, resaltando: Orbia (-22.01%), Qualitas (-17.19%), Banco del Bajío (-17.10%), Banregio (-16.27%), Alsea (-14.87%), GCC (-14.03%), Megacable (-11.22%) y Liverpool (-10.22%).
Por otro lado, en México, durante el periodo de enero a agosto los ingresos presupuestarios acumulados del sector público fueron de 5,409 mil millones de pesos, mostrando un crecimiento real de 3.6% contra el mismo periodo del año pasado. Por su parte, el gasto neto pagado acumulado fue de 5,947 mil millones de pesos, anotando un crecimiento acumulado real de 9.6 por ciento. El alto crecimiento del gasto ha llevado a que el déficit del sector público se ubique en 897 mil millones de pesos, registrando un crecimiento acumulado real de 62.6 por ciento. Es importante recordar que el déficit implica un mayor endeudamiento, lo cual presenta un riesgo para las finanzas públicas y limita el gasto público de la siguiente administración y para este año la Secretaría de Hacienda proyecta que el balance presupuestario será de alrededor del 5.0% del PIB. Actualmente, el mercado está a la espera de la publicación del nuevo Paquete Económico para 2025, en donde evaluarán las estrategias de la nueva administración para reducir el déficit presupuestario. Lo anterior presenta un riesgo no solo para el crecimiento económico sino también para la calificación crediticia de la deuda soberana.