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El peso cerró el primer trimestre con una apreciación de 1.64% o 34.1 centavos, cotizando alrededor de 20.49 pesos por dólar, tocando un máximo de 21.2932 el 2 de febrero y un mínimo de 19.8473 pesos por dólar el 14 de marzo.

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Durante el trimestre, el tipo de cambio cotizó en promedio en 20.4182 pesos por dólar, con una volatilidad anualizada de 12.87%, la más alta desde el tercer trimestre del 2024 (15.28%).

 

Se ubicó el peso en la posición 18 entre las divisas apreciadas en el trimestre, de acuerdo con la canasta amplia de principales cruces. Cabe agregar que el dólar perdió 2.70% en el primer trimestre, de acuerdo con el índice ponderado.

 

Con lo que respecta al mes de marzo, el peso se apreció 0.31% o 6.5 centavos, tocando un máximo 20.9982 el 4 de marzo y un mínimo de 19.8473 pesos por dólar el 14 de marzo. En el mes, el tipo de cambio cotizó en promedio en 20.2241 pesos por dólar, con una volatilidad anualizada de 8.92%, bajando desde 15.53% en febrero. El peso se ubicó en la posición 22 entre las divisas apreciadas en el mes, de acuerdo con la canasta amplia de principales cruces. En marzo, el dólar perdió 1.84% de acuerdo con el índice ponderado.

El primer trimestre del 2025 estuvo marcado por el inicio del segundo mandato de Donald Trump el 20 de enero, cuando declaró emergencia nacional en la frontera con México y firmó la orden ejecutiva para designar a los carteles de la droga como organizaciones terroristas. El 1 de febrero, el gobierno de Estados Unidos comunicó que entrarían en vigor aranceles del 25% a todas las importaciones desde México y Canadá a partir del 4 de febrero. Lo anterior generó volatilidad cambiaria y coincidió con el máximo del tipo de cambio de 21.2932 pesos por dólar alcanzado el 2 de febrero. Sin embargo, estos aranceles fueron aplazados al 4 de marzo, luego de que Donald Trump y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum acordaron reforzar la seguridad fronteriza y frenar el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.

Para el 10 de febrero, Trump anunció aranceles del 25% al acero y al aluminio proveniente de todo el mundo, para entrar en vigor el 12 de marzo. Por su parte, el 13 de febrero Donald Trump firmó el plan “justo y recíproco”, indicando que impondría aranceles recíprocos contra países que tienen altos aranceles contra Estados Unidos o que tienen barreras al comercio no monetarias. A partir de esta fecha se comenzó a señalar que los aranceles recíprocos se anunciarán el 2 de abril.

Marzo fue el mes de la entrada en vigor de aranceles. Donald Trump confirmó que el 4 de marzo se impondrían aranceles a todas las importaciones provenientes de México y Canadá a una tasa del 25% y desde China a una tasa del 10 por ciento. Dos días después de la entrada en vigor, el 6 de marzo, se dio a conocer una exención del arancel para las importaciones desde México y Canadá que cumplan con el T-MEC. Es importante recordar que de acuerdo con USA Trade, el 48.8% de las exportaciones que México envía a Estados Unidos se hacen bajo el T-MEC, mientras que para Canadá es el 37.8 por ciento. Es posible que más productos cumplan con los requerimientos del T-MEC, pero al tener algunos productos arancel 0% bajo nación más favorecida, las empresas optaran por enviarlo de la manera más sencilla.

 

Sin embargo, con la entrada en vigor del arancel del 25% a los productos que se exportan a Estados Unidos fuera del T-MEC, es muy posible que las empresas busquen rápidamente cumplir con los requerimientos y sumarse al tratado comercial.

 

La exención de los productos enviados bajo el T-MEC generó optimismo entre los participantes del mercado, pues a pesar de que se mantuvo la retórica proteccionista de Trump, se envió la señal de que podría haber flexibilidad.

El 12 de marzo entraron en vigor los aranceles adicionales al acero y al aluminio, y el 26 de marzo, Trump anunció aranceles a las importaciones de automóviles, camiones ligeros y autopartes, exentando temporalmente, el contenido de origen regional que cumplen con el T-MEC en importaciones desde México y Canadá, hasta tener un sistema que permita separar solamente contenido estadunidense. En este sentido es importante recordar que, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), el 40% de los autos están ensamblados con partes estadounidenses, mientras que el T-MEC requiere un contenido regional (producido en Estados Unidos, Canadá y/o México) del 75 por ciento. Con esto, se estima que el arancel que entrará en vigor el 3 de abril quedará exento para el 61.9% de las exportaciones de autos de México y cuando se pueda separar contenido estadunidense, quedará exento solamente el 33.0 por ciento.

 

Bajo este contexto, México es el país más vulnerable a los aranceles de Trump, pues el 26.7% del PIB depende de las exportaciones a Estados Unidos. Le sigue muy de cerca Canadá, con el 23.7% de su PIB. México, a pesar de ser el país más vulnerable, también es uno de los que cuenta con las mayores ventajas por la cercanía geográfica con Estados Unidos, que le otorga bajos y estables costos logísticos, así como estables tiempos de entrega. Además, las cadenas de suministro de México y Estados Unidos están estrechamente vinculadas, lo que dificulta que Trump pueda sustituir fácilmente la producción que se realiza en México.

 

Aunque todo pareciera indicar que Trump quiere regresar la manufactura a Estados Unidos, esto no es posible, ya que no dejaría espacio para la innovación, lo que en última instancia daría una mayor oportunidad de crecimiento económico a China, algo que Trump quiere impedir.

Durante el primer trimestre, el peso mexicano se apreció ante una combinación de factores:

  • El gobierno de Trump ha sido flexible en varias ocasiones con México, permitiendo que las importaciones que cumplen con el T-MEC estén libres de arancel, con excepción de los aranceles al acero y aluminio que entraron en vigor el 12 de marzo.
  • Trump ha señalado positivamente el trabajo de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, enviando la señal de que podría hacer concesiones en fechas futuras.
  • México ha evitado represalias contra Estados Unidos, enviando la señal de que el gobierno está siendo estratégico y buscará lograr acuerdos. Evitar una confrontación abierta con Estados Unidos mejora la percepción de los inversionistas internacionales respecto al gobierno en México.
  • El dólar se debilitó 2.70% en el primer trimestre, ante un mayor riesgo de recesión económica en Estados Unidos debido al proteccionismo, lo que ha permitido que la mayoría de las divisas ganen terreno.

Al cierre de marzo, el mercado está a la espera de que se anuncien los aranceles recíprocos el miércoles 2 de abril. Donald Trump ha señalado que los aranceles podrían ser inicialmente del 20% y que serán generales, es decir, aplicables a todas las importaciones de todos los países. Asimismo, el jueves 3 de abril entran en vigor los aranceles a importaciones de productos automotrices, aunque todavía no se publican las fracciones arancelarias para conocer con mayor precisión el impacto del arancel. Ante los aranceles que se anunciarán el 2 de abril se contemplan tres escenarios:

 

De aplicar un arancel del 20% a todo el mundo y todos los productos, podría darse aversión al riesgo y una reacción del tipo de cambio hacia 20.70 pesos por dólar. Sin embargo, el tipo de cambio podría bajar posteriormente, pues la posición para México no sería tan negativa ya que, hasta ahora las exportaciones a Estados Unidos que cumplen con las reglas del T-MEC están libres de arancel. A pesar de esto, el escenario sería negativo para el crecimiento económico y podría llevar a una mayor desaceleración en México.

 

Y de aplicarse aranceles para algunos países y productos, en promedio por debajo del 20%, México quedaría en una posición similar a la actual. Sin embargo, al no quedar castigadas las exportaciones a Estados Unidos de otros países, la posición de México podría debilitarse en el futuro. Por lo anterior, el tipo de cambio podría ir subiendo gradualmente, a medida que se conozcan los efectos de los aranceles sobre las exportaciones y el crecimiento de México.

En el escenario que Donald Trump imponga aranceles a todo el mundo, siga subiendo los aranceles contra México o imponga aranceles adicionales, el tipo de cambio podría ser presionado al alza hacia 21.00 pesos por dólar y la probabilidad de recesión en México subiría significativamente.

Pero si se asume que se mantienen los aranceles del 25% a las importaciones desde México que no cumplen con el T-MEC durante el resto del año y además se aplica el arancel del 25% a las importaciones de autos nuevos, vehículos de transporte y autopartes que no cumplen con el T-MEC, se estima un impacto sobre el PIB de 1.8 puntos porcentuales en 2025. Con esto, el PIB de México podría contraerse este año alrededor de 1.3 por ciento. Sin embargo, será importante conocer el detalle de los aranceles recíprocos para estimar el impacto económico con mayor precisión. De cualquier manera, se estima que el primer trimestre cerró con una caída del PIB de 0.7%, lo que, sumado a la caída del PIB del último trimestre del 2024, daría como resultado la llamada “recesión técnica”. Hasta ahora, los indicadores económicos sugieren una fuerte desaceleración en México, siendo el sector servicios el que sigue sosteniendo a la economía mexicana.

 

Con respecto a política monetaria en Estados Unidos, destacó que, en el primer trimestre, la Reserva Federal mantuvo sin cambios la tasa de interés en un rango entre 4.25% y 4.50%, enviando la señal de que serán cautelosos, pues la política comercial proteccionista de Donald Trump podría ocasionar presiones inflacionarias en los próximos meses. En México, el Banco de México realizó dos recortes de la tasa de interés de 50 puntos base cada uno, para ubicarla en 9.00 por ciento.

 

En su guía prospectiva, la Junta de Gobierno envió la señal de que podrían seguir recortando la tasa de interés a un ritmo de 50 puntos base en los próximos meses. El siguiente anuncio de política monetaria del Banco de México está programado para el 15 de mayo.

Mientras, en la canasta amplia de principales cruces, las divisas más apreciadas en el primer trimestre fueron: El rublo ruso con 26.75%, la corona sueca con 9.28%, la corona noruega con 7.62%, el real brasileño con 7.57%, el florín húngaro con 6.30% y el zloty polaco con 6.25 por ciento. Las divisas más depreciadas fueron: La lira turca con 7.32%, el peso argentino con 4.09%, la rupia de Indonesia con 2.78%, el shekel israelí con 2.27%, el dólar taiwanés con 1.24% y el dólar de Hong Kong con 0.14 por ciento.

Particularmente en marzo, las divisas más apreciadas fueron: El rublo ruso con 7.04%, la corona sueca con 6.84%, la corona noruega con 6.61%, la corona checa con 4.50%, el euro con 4.26% y el zloty polaco con 4.18 por ciento. Las divisas más depreciadas fueron: La lira turca con 4.05%, el shekel israelí con 3.16%, el won surcoreano con 1.03%, el dólar taiwanés con 0.89%, el peso argentino con 0.89% y el peso colombiano con 0.71 por ciento.

Cerró el mercado de capitales el trimestre con resultados mixtos entre los principales índices bursátiles a nivel global. En Estados Unidos, se observaron fuertes pérdidas debido al nerviosismo por los aranceles de Donald Trump y la desaceleración económica en el país. El Dow Jones registró una pérdida en el trimestre de 1.28%, luego de 2 trimestres consecutivos al alza. El Nasdaq Composite mostró una caída en el trimestre de 10.42%, cortando una racha de 5 trimestres consecutivos y siendo la mayor caída desde el segundo trimestre del 2022. Por su parte, el S&P 500 cayó 4.59%, también rompiendo una racha de 5 trimestres de ganancias, siendo la mayor pérdida desde el tercer trimestre del 2022. A pesar de la caída, el S&P 500 logró alcanzar un nuevo máximo histórico en la sesión del 19 de febrero de 6,147.43 puntos. Al interior, solo 4 de los 11 registraron caídas: consumo discrecional (-13.97%), tecnologías de la información (-12.79%), servicios de comunicación (-6.41%) e industrial (-0.53%).

En Europa, se observaron ganancias debido al optimismo del mercado sobre la decisión de aumentar el gasto en Alemania. Además, los resultados trimestrales de varias emisoras importantes, elevaron el optimismo sobre la economía de la región. No obstante, en marzo, los índices europeos comenzaron a recortar sus ganancias debido a la posible imposición de aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos. El STOXX 600 registró una ganancia de 5.18% en el trimestre, la mayor desde el primer trimestre del 2024, alcanzando un nuevo máximo histórico en la sesión del 3 de marzo de 565.18 puntos. El DAX alemán mostró un avance en el trimestre de 11.32%, ligando 3 trimestres al alza y siendo la mayor ganancia desde el primer trimestre del 2023. Asimismo, el índice alcanzó un máximo histórico el 18 de marzo de 23,476.01 puntos. Por su parte, el FTSE 100 de Londres ganó 5.01% en el trimestre, la mayor desde el cuarto trimestre del 2022, tocando su último máximo histórico el 3 de marzo. En México, el IPC de la BMV cerró el trimestre con una ganancia de 6.00%, la mayor desde el cuarto trimestre del 2023. Al interior, 29 de las 35 emisoras registraron ganancias en el trimestre, resaltando: Industrias Peñoles (+42.64%), Gentera (+29.75%), Megacable (+26.66%), Arca Continental (+23.87%), Pinfra (+17.02%) y Coca-Cola Femsa (15.48%).

Por lo que respecta a noticias relevantes, este domingo, 30 de marzo, inició el periodo de campaña para la elección de 881 cargos del poder judicial distribuidos de la siguiente manera:

  • 9 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
  • 2 magistraturas de las Salas Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
  • 15 magistraturas de las Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
  • 5 magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial.
  • 464 Magistraturas de Circuito.
  • 386 cargos de Personas Juzgadoras de Distrito.

El proceso de campaña electoral será de 60 días, concluyendo el 28 de mayo, mientras que la elección, por voto popular, será el 1 de junio del 2025. Es importante mencionar, que este proceso electoral es a raíz de la reforma del Poder Judicial aprobada en 2024, por lo que no se pueden descartar episodios de aversión al riesgo.