Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al término del tercer trimestre de 2017, la banca comercial registró una cartera total mayor a 4.5 billones de pesos, con una morosidad aproximadamente del 2% y un crecimiento anual del 9%. Sin embargo, este último porcentaje disminuyó en comparación con cifras de años anteriores.
Así mismo, el año pasado la banca destinó el 80.1% del financiamiento empresarial a grandes empresas y fideicomisos, y el 19.9% restante a micro, pequeñas y medianas empresas (pymes), sin embargo, la mayor aportación económica al PIB recae en éstas; acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más del 90% de las compañías mexicanas son PYMES, es decir, representan el sector que más contribuye a la economía del país.
“El estado de la banca comercial durante 2018 estará determinado por dos factores: la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las elecciones para la Presidencia, lo que conllevará a una posible reestructuración del sistema económico y alteraciones en operaciones financieras nacionales e internacionales”, señalan Enrique López y Miguel Ángel Quintana, fundadores de Fortrade.
Asegurarron que es importante recordar que las empresas también pueden obtener capital a través de programas de financiamiento gubernamental o por medio de empresas financieras no bancarias, como la propia firma, que es una compañía 100% mexicana.
Para apoyar el sector de las pymes, hay que conocer y entender las condiciones favorables y las problemáticas de sus socios a través de análisis, para determinar la opción de financiamiento más favorable para cada empresa-socio.
En contraste con la banca tradicional, el financiamiento no bancario resuelve las solicitudes de sus socios en menos de 72 horas, una diferencia significativa con respecto a los créditos otorgados por bancos y otras entidades financieras, ya que sus procesos de respuesta son más tardados y burocráticos.