Como un paso adicional para que salga adelante el proceso de ratificación del nuevo acuerdo comercial norteamericano, conocido bajo las siglas de T-MEC, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio a conocer el levantamiento del impuesto aduanero que creó un problema a las empresas que necesitan acero y aluminio en sus procesos de manufactura.

En días previos, el secretario del Tesoro norteamericano Steven Mnuchin, había adelantado el martes que se estaba muy próximo a un entendimiento. Por su parte, el representante de Comercio Exterior de la Administración Trump, Robert Lighthizer, planteaba la propuesta a la ministra canadiense de Exteriores, Chrystia Freeland, en la que se marcaban los términos para quitar los aranceles. Trump consiguió así cerrar un importante frente y centrarse en negociar con China, ejerciendo más presión.

El acuerdo lo cerró el propio Trump en una conversación telefónica, realizado este día, con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Las primeras informaciones que los aranceles se levantarán en un plazo de 48 horas. A cambio, se adoptarán medidas para prevenir que el acero y el aluminio chino entren a EU a través de México y Canadá, con lo que se evitará también la imposición de cuotas.

Del lado canadiense, Trudeau expuso en un evento en una fábrica de la compañía siderúrgica Stelco en la localidad de Hamilton (Ontario), que los aranceles se eliminan a cambio de que se ponga fin a las denuncias en la Organización Mundial de Comercio y se retiren las restricciones.

En un comunicado publicado horas después de que las autoridades estadounidenses hiciesen oficial el acuerdo, la Secretaría de Economía de México confirmó que con la tregua, que reafirmaba su posición de "garantizar la integración productiva en América del Norte" y se "congratulaba" por un pacto que "allana el camino para la ratificación del T-MEC". Este evento favorecerá que se liberen los precios que se habían vinculado al sector de la construcción.