Según un análisis del periodista Peter S Goodman, una guerra comercial entre Estados Unidos y China, países que en conjunto representan 40% de la producción económica mundial, agravaría la situación económica en todo el orbe. El conflicto entre las dos economías más grandes del mundo preocupa cada vez más al resto del mundo, ya que diversos países sufrirían un daño colateral en el marco de una potencial guerra comercial.
Hace solamente una semana, las dos potencias parecían estar enfriando las hostilidades, mientras que las perspectivas económicas mundiales mejoraban. Los temores sobre el debilitamiento de la economía de China se estaban aliviando cuando el presidente Trump anunció un potencial acuerdo comercial, lo que levantó las perspectivas para las economías asiáticas que dependen del comercio mundial como Japón, Corea del Sur y Taiwán.
Sin embargo, cuando Trump anunció un arancel de 25% para productos chinos por valor de 200 mil millones de dólares, el mundo se encontró con la posibilidad de una guerra dolorosa y costosa. La preocupación aumentó el lunes cuando Beijing tomó represalias. Ello, representa que, para empresas como para consumidores, hay una posibilidad de pagar precios más altos por los bienes, realidad que desalienta el comercio.
"Un escenario de escalada sería terrible para todos. Un impacto negativo en el flujo comercial va a ser malo para el crecimiento mundial durante varios años. Es una mala noticia para casi todo el mundo", destacó Gabriel Sterne, director de investigación macro global de Oxford Economics en Londres. Si ambas partes siguen con sus amenazas de aranceles, la producción económica anual de China se reducirá 0.8%, mientras que EU verá su crecimiento anual reducido a 0.3%, según Oxford Economics.
No obstante, el daño podría sentirse de manera aguda en industrias que están especialmente expuestas a la guerra comercial, como los fabricantes de productos electrónicos chinos. La debilidad fue subrayada el miércoles por los últimos indicios de que la economía de China se está desacelerando y por cifras más bajas de lo anticipado en las ventas minoristas y los pedidos de fábrica en Estados Unidos.
“El daño podría ser especialmente grave para los países que más dependen del comercio, incluidos Singapur, Malasia, México y Japón”, destaca el análisis de Goodman. Según el análisis de Oxford Economics, las exportaciones a China desde Japón, Taiwán, Corea del Sur, Tailandia y Vietnam se han desplomado alrededor de 14% en 2019, lo que significan 6 mil 300 millones de dólares.
Otro escenario que preocupa es el hecho de un Brexit rebelde de Gran Bretaña de la Unión Europea perjudicaría el comercio en todo el continente, al menos en el plazo corto, ya que Londres y Bruselas acordaron extender sus procedimientos de divorcio hasta octubre.
Además, Alemania, la mayor economía europea, había realizado exportaciones a China con un aumento de 5% en marzo en comparación con el año anterior. Pero gran parte de lo que envía a China equivale a las piezas del aparato industrial: piezas de automóviles, motores, maquinaria eléctrica y otros equipos plegados en las operaciones de las fábricas. Si las operaciones chinas se desaceleran frente a los aranceles estadounidenses, el apetito de China por los productos disminuirá.
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