El Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, a través de sus redes sociales, dio a conocer su beneplácito por un acuerdo a nivel mundial para aplicar un impuesto global a las grandes trasnacionales, lo que busca detener el fenómeno de los paraísos fiscales
“Aquí, en el G20, los líderes que representan el 80% del PIB mundial, tanto aliados como competidores, dejaron en claro su apoyo a un impuesto mínimo global fuerte. Esto es más que un simple acuerdo fiscal, es la diplomacia que está remodelando nuestra economía global y brindando beneficios a nuestra gente”.
En el contexto de la realización de la Cumbre del G20 en Italia, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, señaló que con la medida, habrá tarifas más bajas de los servicios a nivel mundial.
“Este acuerdo convertirá la economía global en un lugar más próspero para las empresas y los trabajadores estadounidenses. En lugar de competir por nuestra capacidad para ofrecer tarifas más bajas, Estados Unidos competirá ahora por las habilidades de nuestra gente, nuestras ideas y nuestra capacidad para innovar, que es una carrera que podemos ganar”.
Desde el día de ayer se realiza en la ciudad de Roma, Italia, el encuentro mundial de los G20, en el que los líderes que participan aprobaron la iniciativa que busca acabar con los paraísos fiscales, la aprobación del impuesto de sociedades mundial.
La iniciativa para introducir este impuesto mundial del 15% a los beneficios de las multinacionales se presente posterior a que 136 países dieran su visto bueno a principios de octubre al pacto negociado en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el cual se oficializará en la declaración final del G20.
La iniciativa permitiría a 136 países, que representan el 90% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, generar unos 150 mil millones de dólares de ingresos adicionales al año gracias a este impuesto mínimo, que cada nación debe ahora legislar para aplicarse eventualmente a partir de 2023.
El nuevo impuesto sería en dos etapas, en una, sería un impositivo mínimo del 15% para las empresas que facturen más de 867 millones de dólares al año.
Por otro, se busca que los ingresos por las grandes empresas lleguen a los países donde obtienen sus ingresos y no donde tienen su sede social, limitando así las controvertidas prácticas de optimización fiscal.
La medida va dirigida a las multinacionales que superan 23 mil millones de dólares, y cuya rentabilidad sea superior al 10%.
Con información de UNOTV y redes sociales de Joe Biden y Janet Yellen.