La organización Internacional del Trabajo (OIT) dio a conocer que el desempleo en América Latina y el Caribe (LAC) se sitúa en 7.9%, por lo que vuelve a números previos a la pandemia.
No obstante, el desempleo tiene una tendencia al aumento, a la informalidad y a la pobreza, además, la crisis que vive el mundo por diversos factores, alimenta el trabajo informal.
En su ‘Panorama Laboral’, la OIT señaló que el bajo desempeño económico, la elevada inflación y crisis global agudizada por la guerra en Ucrania afectan la tasa de empleo y la calidad de los trabajos.
Asimismo, indicó que 10 de 14 naciones analizadas no alcanzaron su nivel de empleo de 2019 durante el primer trimestre de 2022 y solo tres recuperaron la tasa de participación económica prepandemia.
La recuperación del empleo se basó en los trabajos informales, con el 50 y el 80% de participación, lo que indica que al menos uno de cada dos trabajadores se desempeña en condiciones de informalidad.
Roxana Maurizio, autora principal del estudio, recordó que la informalidad es un problema estructural de LAC; este tipo de empleo es inestable, con bajos ingresos y sin protección ni derechos laborales.
Además, dijo, la actual situación económica y la inflación afectan el nivel de los ingresos reales, generando una pérdida de poder adquisitivo, lo que da origen al fenómeno del trabajador pobre.
Para el ente dependiente de la ONU, es necesario implementar políticas de creación de empleos formales, reforzar el salario mínimo y la negociación colectiva, apoyar a las empresas y garantizar el acceso a la protección social e ingresos a empleados vulnerables.