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Los estados que conforman el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), Oaxaca y Veracruz, junto con Durango, se posicionaron como las entidades con mayor dinamismo en el crecimiento de la actividad industrial en México durante el periodo de enero a octubre de 2024.

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Según datos de Banorte, basados en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Oaxaca lideró el crecimiento industrial con un repunte del 10.6% respecto al mismo periodo del año previo, impulsado principalmente por el sector de la construcción.

Durango ocupó el segundo lugar, con un incremento anual del 9.3% en el mismo lapso, mientras que Veracruz se ubicó en la tercera posición, registrando un crecimiento de 6.8% anual entre enero y octubre.

A pesar de que durante octubre Oaxaca no tuvo un buen desempeño, toda vez que su actividad industrial se contrajo fuerte (-8.3% respecto a septiembre) y Veracruz creció moderadamente (1.5% mensual), en ambos casos, considerando cifras desestacionalizadas, en los 10 primeros meses de 2024 su desempeño ha sido extraordinario.

 

La construcción y modernización de puertos, carreteras y líneas ferroviarias en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) ha sido fundamental para impulsar la actividad industrial en Oaxaca y Veracruz. Estas obras han mejorado la conectividad entre el Golfo de México y el Pacífico, atrayendo inversión en sectores estratégicos como la logística, manufactura y comercio internacional.

 

 

Aumento de la inversión pública y privada

La fuerte inyección de recursos gubernamentales en proyectos de infraestructura, combinada con el creciente interés de empresas privadas en establecer operaciones en la región, ha sido clave en el dinamismo industrial. La llegada de nuevas empresas, en particular del sector energético y manufacturero, ha generado empleo y fortalecido la actividad económica de la región.

Además del crecimiento en el sector de la construcción, Oaxaca y Veracruz han experimentado un aumento en la demanda de espacios para la industria energética, la agroindustria y otros sectores de consumo que han ganado presencia en la región, generando una base productiva más diversificada y con proyecciones de crecimiento sostenido.

 

Estos factores han convertido al CIIT en un motor clave para el desarrollo económico del sureste mexicano.