La inversión en infraestructura es clave para detonar el empleo, sobre todo si es pública, por lo que los países pueden reactivar su economía si consideran esta medida en el contexto de la pandemia.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) mencionó que el empleo se ve beneficiado por cada millón de dólares invertido en infraestructura, según una investigación de 19 años.

Para el organismo, la cantidad de empleo depende de la movilidad laboral entre las empresas del sector y de la intensidad de la mano de obra.

En el caso de México, cuando existen estos dos factores de manera alta, se crean alrededor de 35 puestos de trabajo en agua y saneamiento por cada millón de dólares adicional.  

“En un país con baja modalidad laboral y baja intensidad laboral, ese número se reduce en alrededor de ocho”, señaló el FMI en un documento.

Mientras que en las economías desarrolladas, un millón de dólares generaría tres empleos en escuelas y hospitales y hasta seis en el sector energético, con niveles medios de movilidad e intensidad laboral. 

En los países en vías de desarrollo y con bajos ingresos, la creación de empleo va de 16 puestos en carreteras y 30 en agua y saneamiento.

Es decir, cada unidad de inversión en infraestructura pública crea más empleos directos en electricidad en países de ingresos altos y más empleos en agua y saneamiento en países de ingresos bajos.

Otro dato interesante es que el impacto sería mayor en infraestructuras ‘verdes’ porque los trabajos en energías renovables no requieren mucha especialización.

Así,  por cada millón invertido, existirían entre cinco y diez puestos de trabajo en electricidad verde; entre dos y 12 en construcción de edificios eficientes; entre cinco y 14 en agua y saneamiento.  

Cabe mencionar que la inversión en investigación y desarrollo también crearía plazas laborales, pero en menor medida, pues aplicaría solo para personal altamente calificado.