América Latina y el Caribe se ha situado como la gran promesa en la producción y expansión del hidrógeno verde, gracias a sus abundantes  recursos energéticos limpios.

En este contexto, la Asociación Brasileña de Hidrógeno y Combustibles Sustentables (ABHIC) cree que el país sudamericano se convertiría en uno de los mayores exportadores de hidrógeno verde del mundo.

Brasil tiene un potencial gigantesco para convertirse en uno de los mayores exportadores de hidrógeno del mundo, dijo, en particular con los envíos a Alemania, que ha adelantado que importará hasta 70% de hidrógeno para satisfacer su demanda interna en 2026.

Según el Hydrogen Council, con sede en Bélgica, se han anunciado más de 1,000 propuestas de proyectos en todo el mundo, y 795 operarían total o parcialmente para 2030, y representan unos 320,000 millones de dólares en inversión en las cadenas de valor del hidrógeno.

Sin embargo, uno de los principales obstáculos y cuellos de botella en regulación, logística y tecnología para la exportación es la falta de un marco regulatorio que brinde seguridad jurídica e institucional para la implementación de proyectos de generación de hidrógeno y sus derivados, como amoníaco o metanol.

También es importante contar con un organismo regulador independiente, o una acción conjunta de agencias reguladoras en Brasil, con autonomía para tomar decisiones y que no esté capturado por grupos de interés.

Esto se debe a que algunas de ellas operan en diferentes etapas de la cadena del hidrógeno. Sin embargo, la acción coordinada de tantos organismos reguladores plantea dificultades que deberán ser abordadas por algún organismo o comité, consideró la ABHIC.

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No obstante, el principal desafío, no solo en Brasil, sino a nivel mundial, es reducir el costo de producción del hidrógeno verde de los actuales US$5,0-6,0/kg a US$1,5-2,0/kg, que es el costo de producción del hidrógeno gris, el que se obtiene con gas natural mediante reformado de gas metano.

Por el momento, existen básicamente tres tecnologías que compiten en la producción de hidrógeno verde: electrolizadores alcalinos, electrolizadores de membrana de intercambio de protones (PEM) y electrolizadores de pila de combustible de óxido sólido (SOFC).

Vale mencionar que incluso con los precios de la generación renovable en Brasil, que se encuentran entre los más competitivos del mundo, es fundamental el apoyo a través de beneficios fiscales, con exenciones y ventajas tributarias, además del acceso a financiamiento con bajas tasas de interés.

/Con información de bnamericas/