De acuerdo con un análisis de la división de estudios Económicos Citibanamex, el sector de la construcción será el más afectado en 2025 debido a un deterioro en el panorama político y a la consolidación fiscal.
Detalla que el Paquete Económico 2025, presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), incluye un recorte del 14% en la inversión física directa, lo que afectará directamente la inversión en infraestructura. Además, la incertidumbre política y económica, alimentada por la amenaza de políticas proteccionistas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado desconfianza entre los inversionistas.
A pesar de este sombrío escenario, Citibanamex señala que el impacto podría atenuarse si se implementan políticas que fomenten la confianza empresarial, fortalezcan la colaboración público-privada en infraestructura, y capitalicen oportunidades relacionadas con la relocalización de cadenas productivas (nearshoring). La construcción de vivienda también podría ser un catalizador, si se diseñan estrategias efectivas para impulsar su desarrollo.
Subraya este análisis la necesidad de una estrategia integral para mitigar los impactos de un entorno político y económico complejo, y aprovechar al máximo el potencial del sector para contribuir al crecimiento económico de México.
Repunte y posterior caída
La nota especial de la institución financiera describe el auge temporal que tuvo el sector de la construcción, caracterizado por una gran heterogeneidad regional.
El crecimiento del sector de la construcción durante el año pasado y los primeros meses del actual estuvo impulsado por la reactivación de la inversión pública y privada, que había mostrado un marcado retroceso en años anteriores. Este repunte coincidió con el optimismo generado por el fenómeno del nearshoring, particularmente en la construcción de parques industriales, y con la aceleración en la ejecución de los proyectos insignia del gobierno, a pesar de las restricciones fiscales.
Sin embargo, el sector de construcción de vivienda no se vio beneficiado por este impulso, ya que no se implementó un plan gubernamental significativo para fomentarlo.
Este panorama se ve agravado por restricciones presupuestales más estrictas, especialmente tras el proceso electoral, y una creciente incertidumbre tanto en el ámbito político nacional como internacional.
Bajo este contexto, la desaceleración de la economía en general actúa como un factor adicional: mientras que en 2023 el PIB nacional creció un 3.3%, para 2024 se proyecta un crecimiento más modesto de solo 1.5% y otro más modesto de 0.2% para 2025.