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Aunque más de 20 ciudades en China han dispuesto restricciones desde septiembre ante un aumento en los precios a la vivienda, las encuestas de precios empezaron a mostrar recuperación a finales de 2015 y mostraron un aceleramiento brusco en 2016, logrando un aumento del 9,2% interanual en agosto.

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Como muestra la ciudad de Shenzhen registró un aumento de 37% (en abril fue del 62%), donde la ciudad lleva presentando aumentos mensuales de dos dígitos desde agosto de 2015.

A la situación se le une una alza importante en la venta de terrenos, ya que en septiembre, una parcela en Dongguan, ciudad industrial al sur del país asiático, se vendió en 1.6 euros por metro cuadrado (unos 33 pesos mexicanos), lo que constituye un récord local.

La venta de terrenos constituye una fuente de ingresos crucial para los ayuntamientos, ya que el entusiasmo por las propiedades inmobiliarias ayudó a mejorar los indicadores económicos y a calmar la preocupación por un desaceleramiento de la economía del gigante asiático.

La producción industrial y las ventas minoristas crecieron en agosto más rápido de lo esperado, gracias en parte a la fortaleza inmobiliaria, que también impulsó la demanda de préstamos en ese sentido.

Los préstamos para hipotecas representaron más de 70% de los préstamos bancarios totales en agosto después de alcanzar 90% en julio. El gobernador del banco central, Zhou Xiaochuan, dijo que el Ejecutivo tomaría medidas adecuadas para asegurarse que el sector inmobiliario tenga un desarrollo saludable.

La cuestión es cómo se define eso. El primer ministro, Li Keqiang, dice que reforzarán políticas inmobiliarias diferenciadas, lo que sugiere que una restricción a nivel nacional es poco probable por el momento. Pero el equilibrismo es cada vez más peligroso. Si las medidas no son suficientemente duras, continuará la especulación. Si lo son en exceso, es probable que causen inestabilidad económica.

En un momento en el que no es probable que se tome una medida de ajuste monetario a nivel nacional, analistas sugieren que un impuesto a los inmuebles sería una medida eficaz para rebajar el auge.

Lo anterior podría ser una solución a largo plazo para frenar la alta volatilidad de los precios y la actividad especuladora en el mercado inmobiliario, declararon los analistas Betty Rui Wang y Shuang Ding.

Con información de Cinco Días de España y Economíahoy.mx

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