Explicó que se trata de proyectos de entre 5,000 y 10,000 metros cuadrados, que abarcan hasta 20 predios, como es el caso del que está planeado para la Glorieta Colón, en Paseo de la Reforma.
Agregó que el dilema no está en seguir construyendo o no en la Ciudad de México, sino en asociar las obligaciones de esos desarrollos al mejoramiento urbano.
Recordó que de acuerdo con la ley, a todos los impactos urbanos se les impone mejoramiento del entorno, por lo que están obligados a implementar medidas de mitigación o de compensación.
Aseguró que los desarrolladores tienen que contribuir al mejoramiento urbano, tal como lo dice el Código Fiscal en los artículos 300, 301 y 302, que tienen que ver con el servicio de agua y drenaje, movilidad y medio ambiente.