Prueba de ello es el edificio Chapultepec Uno frente al Bosque de Chapultepec, que es una torre de usos mixtos con espacios residenciales, oficinas de lujo y hotel, o como la Torre Mítikah, en Coyoacán, así lo expresó Sonia Cabrera, CEO de una agencia inmobiliaria de la Ciudad de México.
“Ya zonas específicas de la capital del país se caracterizan por poseer proyectos residenciales , oficinas de lujo y centros comerciales de alta gama que, en conjunto, comprenden una inversión de más de 3,000 millones de dólares”, destacó.
Aseveró que el durante los últimos cinco años, el mercado inmobiliario de lujo en México ha registrado un aumento en ventas de 14% a tasa anual, la cual incrementa su atractivo para la inversión en un sector que presenta cada vez más demanda en México.
Dijo que el segmento inmobiliario representa ya 14.1% del Producto Interno Bruto en el páis, que lo convierte en el segundo sector más importante en el país, con una mayoría de componente de insumos que es nacional, además de ser motor de la creación de miles de empleos directos e indirectos y una derrama económica hacia otras industrias.
Aunque 2018 se caracterizó por una incertidumbre económica derivada del proceso electoral así como un alza de 11.32% en los costos de insumos para la construcción, se estima que el crecimiento para este sector sería igual en 2017, y se anticipa una tendencia al alza en regiones como el Bajío, Querétaro y Monterrey, que albergan también gran actividad inmobiliaria en los corredores industriales.
“Además de los parques industriales, en los próximos años podemos anticipar una mayor inversión extranjera en lugares como la Riviera Maya. Sin embargo, el dinamismo del sector será más lento en 2019, ya que el primer año de cada sexenio generalmente las ventas bajan entre 15 y 20%”, aseveró.
Cabrera prevé que haya una reactivación del 3% en el presente año, por lo que recomendó poner atención a los programas de gobierno relacionados con el sector, así como en su deducciones fiscales o impuestos sobre herencias, así como en las medidas de descentralización de secretarías y dependencias públicas, las cuales van a hacer fluir las operaciones inmobiliarias en la capital, con un incremento en la oferta y aumento en la demanda de propiedades en renta en los estados, así como incentivos a la inversión inmobiliaria en los estados.