En los últimos cuatro años, más de 95 mil incendios urbanos –equivalente a casi 65 diarios– tienen lugar en México, con pérdidas por más de mil millones de pesos (mdp) al año. Ante esto, la CONAPCI (Consejo Nacional de Protección Contra Incendios) y la AMRACI (Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendios) realizan la octava Campaña Nacional para la Prevención de Incendios, buscando crear conciencia entre la gente y las instituciones.
En cuanto a las pérdidas económicas, la AMIS (Asociación Mexicana de Agencias de Seguros) reporta que entre el 2015 y el 2020, el pago de primas por incendios fue de 38 mil mdp, superior a los 32 mil mdp sufragados en el mismo periodo por daños provocados por huracanes y temblores.
En cuanto a las pérdidas humanas, se calcula que más de 10 mil han fallecido en ese lapso a consecuencia de incendios urbanos y se supone que anualmente mueren entre 600 y 700; desafortunadamente no existe un control del número de personas marcadas que han sufrido quemaduras graves. Ambos expertos reconocieron que no hay en México un padrón preciso de incendios y sus víctimas, pese a ser un problema de salud pública que no tiene mucha visibilidad.
Por una cultura de prevención
El plan es crear una cultura de la prevención, a través de simulacros, los cuales realiza la CONAPCI y AMRACI en diversos sitios a nivel nacional, especialmente durante la semana del 3 al 7 de octubre, con el apoyo de la Junta Nacional de Bomberos, autoridades locales, asociaciones empresariales, instituciones y centros educativos, con la finalidad de apoyar la creación del 'Día Nacional de la Prevención de Incendios', programado para el 8 de octubre.
No hay cultura de los seguros contra incendios
En México, los incendios en casa habitación son superiores en una relación de 4-1 contra los siniestros en construcciones industriales o fabriles; por si fuera poco, no existe una cultura del aseguramiento contra incendios; se calcula que solamente el 1% de la gente adquiere un seguro contra este tipo de accidentes – lo que provoca la pérdida del patrimonio de las personas en caso de un incendio en su propiedad, además de las lesiones–, contra el 20% de las empresas que sí lo hace, siendo la mayoría de estas extranjeras, siguiendo sus políticas empresariales.
Otro reto está en los reglamentos de construcción de la Norma Oficial Mexicana, donde no hay obligatoriedad respecto a la protección contra incendios, tanto en prevención (empleo de materiales retardantes o contra el fuego), rutas de evacuación, así como exigencia de elementos para controlar, mitigar y suprimir los incendios (a través de extintores y rociadores), por ello, es necesario ser más específicos en las leyes, especialmente en los edificios altos.
Por último, los especialistas contactados coincidieron en señalar que otro reto son las llamadas “fachadas verdes” de las nuevas edificaciones, que no están reglamentadas en México, y por sus características resultan altamente inflamables, lo que significaría un peligro, tal y como aconteció recién en un edificio de 42 pisos en la ciudad china de Changsha.
