Desde el 2007, antes de que estallara la burbuja en España, no se había visto un mejor año para el mercado inmobiliario como este 2022 que está a punto de terminar. Y lo será en muchos aspectos: desde el número de transacciones hasta la recuperación de los precios en venta y alquiler, pasando por la firma de hipotecas.
Debe recordarse que el Banco Central Europeo (BCE) terminó con la era de los tipos de interés negativos a inicios del verano (en septiembre llegaría un segundo golpe). Y con esta situación, el alquiler de las viviendas ha ido saliendo de la oferta pese a seguir subiendo la demanda.
Se ha detectado una contracción de la oferta de arrendamientos muy pronunciada, alrededor del 35% a nivel nacional, de acuerdo con el primer análisis anual del sector de Fotocasa. “El furor por vender, la vuelta de los pisos turísticos al mercado vacacional y la sobrerregulación del alquiler, han ocasionado que el parque de alquiler se reduzca”.
Se llegó a esta situación después de que el 2022 comenzó hilando todo un ejercicio de caídas en los precios; mismos que se dieron por el descenso de la demanda durante la pandemia y que en febrero pasado se dieron la vuelta.
A partir de ese momento, el precio de los arrendamientos empezó a recuperar terreno perdido y a presentar incrementos muy significativos por encima del 15% en Madrid, del 17% en Mallorca, del 20% en Barcelona, del 25% en Valencia o del 27% en Málaga.
Resaltó el análisis que el alquiler se ha convertido en un mercado tensionado por la escasez de oferta, lo que ha provocado que las principales ciudades y capitales de provincias españolas hayan alcanzado precios máximos históricos.
Concretamente, detalló el documento, el despertar de la demanda de alquiler por la vuelta a la normalidad, junto con una oferta de vivienda cada vez más reducida, produce un desequilibrio entre oferta (3%) y demanda (16%) de más de 13 puntos porcentuales, que empuja los precios al alza.
“El contexto inflacionario no permite realizar previsiones muy favorables, ya que la demanda de compra, frustrada por el encarecimiento de los tipos, se canalizará hacia el alquiler, ejerciendo todavía más presión sobre la limitada oferta disponible”.
Por lo que la empresa tiene claro que uno de los retos en los próximos meses será aumentar el inventario de viviendas en alquiler. Al respecto, recuerda que el 95% del parque de vivienda está en manos de pequeños propietarios y la administración debe proteger a los vulnerables y también ofrecer seguridad a los propietarios.
Medidas incentivadoras, bonificaciones fiscales y seguros de impago pueden ser algunas de las herramientas que podrían aplicarse para que se pongan las viviendas en alquiler, de acuerdo con una publicación de brainsre.news.
Además, “la colaboración público-privada será clave en el desarrollo de los parques de vivienda en alquiler públicos y sociales para aumentar los niveles a cifras que se asemejen a las de nuestros vecinos europeos. Uno de los mayores retos del sector a corto plazo es transmitir un clima de estabilidad y confianza en el mercado del alquiler”, se destacó.