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Las inundaciones pueden dejar a los inquilinos en una situación vulnerable, pero existen pasos clave para recuperar el hogar y acceder a apoyos oficiales y comunitarios. Esta guía ofrece orientación práctica para enfrentar la emergencia y prevenir riesgos futuros.

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Las inundaciones son uno de los problemas más costosos y traumáticos que pueden afectar a un hogar, y los inquilinos suelen sentirse especialmente desprotegidos cuando ocurre. Ya sea por lluvias intensas, desbordamientos de ríos o una tubería rota, el agua puede causar daños graves en minutos, dejando pertenencias arruinadas y la vivienda inhabitable.

 

En Estados Unidos, la mayoría de las pólizas de seguro de inquilinos no incluyen de manera automática los daños por inundación, lo que genera dudas sobre qué pasos seguir después del desastre. Aquí una guía para orientarse que realizó Point2Homes y que puede servir de referencia en México:

 

  1. Revisar el seguro

El primer paso es confirmar si se cuenta con un seguro de inquilinos. Aunque normalmente no cubre inundaciones naturales, algunas pólizas sí contemplan daños por rotura de tuberías o gastos de alojamiento temporal. También conviene verificar el seguro del auto, ya que muchas veces los daños por agua sí están incluidos ahí.

  1. Identificar la causa

No todas las inundaciones tienen el mismo origen.

  • Si fue causada por fenómenos naturales, probablemente no esté cubierta.
  • Si se debió a una tubería rota o negligencia del propietario, podría existir cobertura o responsabilidad de terceros.
  1. Documentar absolutamente todo

 

Una vez que sea seguro regresar, es clave tomar fotos y videos de los daños, hacer un inventario de pertenencias y guardar recibos de gastos temporales (hotel, limpieza, artículos básicos). Esta evidencia es necesaria para cualquier reclamo o ayuda que se solicite.

 

  1. Avisar al propietario

El arrendador debe garantizar que la vivienda sea habitable. Se recomienda informar inmediatamente lo ocurrido, preferiblemente por llamada y luego con un correo electrónico que deje constancia. Dependiendo de las leyes locales, el inquilino podría solicitar reducción del alquiler o incluso terminar el contrato si la vivienda quedó inhabitable.

 

 

  1. Pedir ayuda a FEMA

Si la inundación fue consecuencia de un desastre natural y la zona fue declarada área de desastre mayor, los inquilinos pueden pedir asistencia a FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias). Estas ayudas cubren renta temporal y servicios básicos, y no deben devolverse.

  1. Considerar un préstamo de la SBA

La Administración de Pequeñas Empresas (Small Business Administration) ofrece préstamos de hasta 100,000 dólares para inquilinos afectados. Con ellos se pueden reemplazar muebles, ropa, electrodomésticos y otros bienes dañados.

  1. Actuar rápido contra el moho

 

El moho aparece en 24 a 48 horas. Es importante ventilar, retirar alfombras mojadas y no usar calefacción o aire acondicionado hasta que lo autoricen profesionales.

 

  1. Buscar apoyo comunitario

Organizaciones como la Cruz Roja ofrecen refugio, alimentos y asistencia básica tras una inundación. También existen opciones como crowdfunding en línea o redes de ayuda mutua para obtener apoyo inmediato.

  1. Reconstruir con alternativas accesibles

El reemplazo de pertenencias puede ser caro. Tiendas de segunda mano, mercados en línea y donaciones familiares o comunitarias pueden ser un salvavidas en la recuperación.

  1. Prevenir el futuro

Quienes viven en zonas de riesgo deberían considerar un seguro contra inundaciones, revisar el historial de la vivienda antes de rentarla y preguntar al propietario por medidas de prevención como bombas de sumidero o enchufes elevados.

 

Aunque el camino después de una inundación es difícil, los inquilinos tienen opciones para reclamar, recibir asistencia y protegerse a futuro. La clave es actuar rápido, documentar todo y aprovechar tanto los recursos oficiales como el apoyo comunitario.