En Europa, hasta un 76% de los edificios de oficinas corren el riesgo de quedar obsoletos a finales de esta década, a menos que los propietarios inviertan en mejoras o encuentren usos alternativos para ellos.
Además, factores como el trabajo híbrido, las nuevas demandas de los ocupantes, la mayor acción legislativa en materia de sostenibilidad o la incertidumbre económica obligan a acelerar esta modernización de oficinas.
Así lo refiere el informe European Obsolescence, de Cushman&Wakefield, basado en el análisis de 218 millones de metros cuadrados de oficinas en once de los principales países europeos.
Los espacios de oficinas en Europa con los mejores estándares y certificaciones representaron un 54% de la demanda total de oficinas entre 2019 y 2022.
Y se espera que esta tendencia se intensifique a medida que la demanda supere la oferta en muchos mercados, sobre todo en Praga, Budapest, Milán, Varsovia, Madrid, Barcelona y Londres.
En España, por ejemplo, donde se analizaron 21 millones de metros cuadrados, el espacio de oficina de calidad ha representado un 64% de la absorción total.
El inventario de oficinas existente en Europa tiene más de treinta años y solo el 14% se ha construido o modernizado en los últimos diez años, con el riesgo de caer a un nivel inferior.
El 24% del inventario actual, construido en la última década, se adapta al uso de la oficina moderna y tiene una gran demanda, mientras que el 62% requiere un reposicionamiento para evitar el deterioro.
Y un 14% es de oficinas no actualizadas, ya obsoletas para el mercado, así, los propietarios que inviertan en sostenibilidad, servicios y bienestar para sus ocupantes, protegerán el valor de sus activos a largo plazo.