Los cambios en el panorama macroeconómico, así como la evolución tecnológica han transformado profundamente la forma en que trabajamos.
Al mismo tiempo, el aumento de estímulos externos, encabezados por el creciente uso del internet y los dispositivos digitales, ha reducido un 30% la capacidad de atención de las personas a lo largo de las dos últimas décadas. Por lo que las distracciones que ocasionan el ruido, dispositivos, e, incluso, el multitasking, representan un reto para la productividad de las empresas.
En este contexto, el diseño de oficinas juega un papel crítico para sortear estos retos y promover la colaboración. Como expertos en construcción de interiores corporativos, estamos ante un desafío y una oportunidad: crear espacios que respondan a las necesidades del trabajo moderno y, al mismo tiempo, fomenten una experiencia laboral enriquecedora.
Diseñar privilegiando la colaboración
La oficina ha dejado de ser solo el sitio donde los empleados se sientan frente a sus computadoras.
Diseñar y construir oficinas enfocadas en la colaboración requiere un enfoque estratégico y consciente.
No se trata de eliminar completamente los espacios individuales ni de maximizar las áreas abiertas a toda costa. Más bien, se trata de encontrar un equilibrio entre la privacidad y la interacción, utilizando principios de diseño centrados en las personas, es decir, involucrar a los usuarios en todas las fases del proceso.
Cuando se integra su perspectiva de manera efectiva, no solo aumenta la satisfacción del empleado, sino que también se contribuye a promover la productividad y retener al talento en un mercado laboral sumamente competitivo.
Elementos clave de una oficina colaborativa
Para transformar un espacio corporativo tradicional en uno centrado en la colaboración, es esencial considerar varios aspectos cruciales:
- Priorizar áreas abiertas y flexibles. Estos espacios deben ser dinámicos, diseñados para adaptarse a diferentes actividades y equipos, promoviendo una cultura de cooperación e innovación continua.
- Espacios para reuniones. Desde las salas de juntas hasta las cafeterías, estos entornos permiten encuentros espontáneos donde se generan ideas innovadoras y se resuelven problemas rápidamente. Estos sitios deben ser acogedores y estar equipados con tecnología que facilite la interacción tanto física como virtual.
- Zonas privadas. A pesar de la importancia de la interacción entre colegas, contar con áreas donde los empleados puedan trabajar sin interrupciones y distracciones, realizar videoconferencias o atender llamadas formales es esencial para fomentar la productividad.
- Incorporación de tecnología. La tecnología debe integrarse de manera fluida en los espacios de oficina, permitiendo una transición fácil entre diferentes modos de trabajo y facilitando la conectividad entre equipos remotos y presenciales. Herramientas como pantallas interactivas y sistemas de videoconferencia de alta calidad facilitan la colaboración.
Alrededor de todos estos elementos, la planificación acústica, el uso de materiales adecuados y la delimitación de espacios juegan un papel crucial.
Diseñar para la colaboración no es solo una tendencia; es una transformación que mejora la experiencia del usuario, por lo tanto, es una necesidad para las empresas que buscan mantenerse competitivas en un mundo laboral en constante evolución.
La colaboración debe ser un enfoque intencionado
El objetivo final es crear entornos que no solo cumplan con las necesidades actuales, sino que también sean fáciles de adaptar a futuros cambios. Esto incluye priorizar el confort de los empleados en cada decisión de diseño e incorporar soluciones tecnológicas de vanguardia que contribuyan a mejorar la interacción entre colegas y con distintos públicos.
*Directora de Estrategia Comercial y Mercadotecnia en GAYA