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En solo una década, más de 2.4 millones de personas mayores de 65 años se sumaron al mercado de la renta, marcando un giro histórico en las tendencias de vivienda en Estados Unidos.

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El panorama del mercado de alquiler en Estados Unidos está cambiando, y no precisamente por los jóvenes. Hoy, son los adultos mayores —aquellos de 65 años o más— quienes están impulsando una nueva dinámica: El número de inquilinos en este grupo de edad creció casi un 30% entre 2013 y 2023, el mayor aumento entre todos los rangos etarios, según los datos más recientes del Censo de EE.UU.

 

Así lo dio a conocer Point2Homes, quien agregó que este cambio responde a una combinación de factores. Por un lado, el envejecimiento natural de la población, pero también una evolución en las prioridades de vida. Para muchas personas mayores, alquilar representa una opción más práctica, accesible y flexible que la propiedad: Evita el pago de impuestos, las reparaciones constantes y el estrés de mantener una casa grande cuando ya no es necesaria. Además, el alquiler facilita mudarse cerca de la familia o a ciudades con mejor acceso a servicios médicos.

 

No por nada, algunas zonas del país, especialmente en el sur, han visto un auge de este fenómeno. Ciudades con clima cálido y calidad de vida tranquila como Baton Rouge, Jacksonville y Austin registraron aumentos superiores al 80% en la cantidad de inquilinos mayores de 65 años. En lugares como Florida, el porcentaje de adultos mayores en el total de arrendatarios es tan alto que ya representan más del 21% en algunas áreas metropolitanas.

 

 

Otro dato relevante: Cada vez más adultos mayores optan por alquilar viviendas unifamiliares. De hecho, el número de personas mayores que rentan este tipo de propiedad subió más de un 25% en diez años. La razón es simple: Más espacio, tranquilidad y un entorno que permite mantener pasatiempos y recibir a la familia, sin la responsabilidad de ser propietario.

 

Mientras los grupos más jóvenes —como los menores de 24 años o incluso los de entre 35 y 54— reducen su presencia en el mercado del alquiler, las generaciones mayores están adoptando esta alternativa como una forma de vivir con mayor libertad y adaptarse mejor a los nuevos ciclos de vida. Hoy, el alquiler no solo es un puente hacia la independencia para los jóvenes, sino también una vía de comodidad, cercanía y flexibilidad para quienes comienzan una nueva etapa en la jubilación o siguen activos después de los 65.

 

Este giro demográfico plantea nuevos retos y oportunidades para desarrolladores, inversionistas y gobiernos locales. La demanda de viviendas en renta adecuadas para adultos mayores va en aumento, y el mercado deberá adaptarse para ofrecer soluciones pensadas en sus necesidades específicas: Desde accesibilidad física y seguridad, hasta ubicación estratégica y opciones de comunidad.