Lo anterior confirma que la calidad de construcción de los edificios de oficinas en la Ciudad de México, posteriores a 1987, está al nivel requerido para desastres naturales, lo cual es la primera buena noticia ante los tiempos difíciles.
Después de los sismos registrados en CDMX y otras entidades, CBRE, a través de su área de Soluciones Empresariales, apoya a las empresas que lo requieran, haciendo los estudios para satisfacer las necesidades de espacio.
Como se recordará, la capital presenta una oferta histórica de espacio de oficinas clase A, ya que durante 2017, 2018 y 2019 se entregarán al mercado 1.6 millones de m² rentables distribuidos de la siguiente manera:
Esto representa una alta disponibilidad de espacios a precios competitivos, de hecho, grupos como Fibra Uno, como respuesta a la crisis de espacio provocada por el sismo, es pionero en el mercado mexicano en ofrecer sus espacios llave en mano hechos a la medida, financiando las mejoras y el mobiliario, para que los inquilinos reduzcan sustancialmente su inversión inicial y no se descapitalicen, todo lo anterior es la segunda buena noticia.
“El inventario de oficinas clase A (edificios inteligentes) está sano; pero ante la difícil coyuntura que estamos viviendo, seguimos ayudando a las empresas haciendo sin costo los estudios necesarios para probar los ahorros y solucionar los requerimientos de las empresas afectadas, directa o indirectamente, por el sismo. De esta manera agregamos valor a las áreas de finanzas y recursos humanos logrando ahorros significativos mejorando sustancialmente la calidad de vida de los empleados, garantizando su seguridad”, destacó señaló Sergio Pérez, Vicepresidente Senior de Soluciones Empresariales de CBRE.
Por otra parte, todas aquellas empresas que hasta el día del sismo ocupaban espacios tipo B, C, o casas para oficinas, hoy pueden tener acceso a espacios del tamaño de sus necesidades y con las ventajas de un edificio inteligente, con costos menores, lo cual es la tercera buena noticia. Está comprobado que es bastante más barato operar en un edificio inteligente, que en un inmueble viejo o una casa como espacio de oficina.