1. Consolidar la integración y desarrollo regional del Sureste mexicano a partir de proyectos de infraestructura de alto impacto entre los que destaca el Tren Maya, que de acuerdo a la Secretaría de Turismo, propiciará el desarrollo de nuevos circuitos locales e integrará más de 190 recursos turísticos como son playas, zonas arqueológicas, Ciudades Patrimonio de la Humanidad y Pueblos Mágicos.
2. Regionalizar destinos con vocación turística para generar un mejor equilibrio con la creación de ocho macro regiones: Centro, Centro-Norte y Occidente, Noroeste, Mar de Cortés, Golfo, Norte-Centro, Península de Yucatán y Pacífico Sur. La regionalización se sustentará en programas con solidez institucional como Pueblos Mágicos y Ciudades Patrimonio Mundial de la Humanidad.
3. Fortalecer el mercado interno al incrementar el potencial turístico doméstico, además de la implementación de los programas Disfruta México, el cual buscará establecer acuerdos con tour-operadores y socios estratégicos a escala nacional, y Sonrisas por México, para que grupos en situación de vulnerabilidad o de bajos recursos puedan viajar gratuitamente por el país.
4. Diversificación de mercados, impulso a negocios efectivos y desarrollo de esquemas de comercialización en donde se plantean dos proyectos. “Reencuentro con mis raíces”, centrado en ampliar y cuidar al mercado turístico de Norteamérica, además de atraer a la población México-americana. “Operación Toca Puertas”, buscará diversificar mercados y atender nichos de alto poder adquisitivo.
5. Vinculación multisectorial e interinstitucional para el impulso de la convivencia, integración y reconciliación social, mediante el trabajo en conjunto de la Secretaría de Turismo y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para rescatar las zonas turísticas urbanas y rurales.
Con información de El Economista