El problema del sargazo que se acumula en algunas playas de la Riviera Maya, como Tulum, Xcalak y Playa del Carmen, no solo tiene que ver con el mal olor, es también una cuestión de salud por el riesgo que representa el retirar ‘montañas’ de algas, según científicos.
Cuando se descompone, el sargazo produce un ácido sulfhídrico, un gas que en cantidades pequeñas representa solo una molestia por su olor sulfúrico, parecido a un huevo podrido. Pero cuando se trata de enormes cantidades acumuladas en las playas, son muy peligrosas para los trabajadores que padecen de problemas respiratorios, pues las retiran con rastrillos bajo unos fuertes rayos del sol y sin tapabocas.
De acuerdo con la bióloga Rosa Rodríguez Martínez, los trabajadores se exponen a algo más que a un calor abrasador. “La cantidad de gases que se desprenden al escarbar el sargazo, en una ocasión llegó hasta 56 por millón. Es altísimo arriba de dos y es peligroso para la gente con problemas respiratorios”.
La mayoría de los trabajadores que retiran sargazo, no usa tapabocas ni cuenta con sensores de gases o servicios médicos; tratan de retirarlo de la playa lo más rápidamente posible, cuando todavía está fresco, de acuerdo con una publicación de sandiegouniontribune.com.
Un artículo publicado en Journal of Travel Medicine en el 2019 señalaba que “una exposición crónica a estos gases puede provocar síntomas conjuntivales y neurocognitivos, como pérdida de la memoria y problemas de equilibrio, además de síntomas no específicos como dolores de cabeza, náuseas y fatiga”.
Por su parte, el Departamento de Salud de Florida, en Estados Unidos, indicó que “el ácido sulfhídrico presente en sitios como las playas, donde grandes cantidades de aire pueden diluirlo, no debería afectar la salud”.
A menudo, en el sargazo hay hidrozoos, parientes de las aguavivas, que cuando se pasa mucho tiempo en contacto con las algas, se pueden sufrir muchas picaduras de hidrozoos, que son tóxicos.
Hoy en día, cuesta trabajo medir el impacto del sargazo en el turismo. La Riviera Maya sufrió una disminución de turistas a causa de la pandemia, sin embargo, la actividad turística no se paralizó porque México no impuso restricciones y los turistas estadounidenses siguieron llegando.
Entre enero y junio de este año, el turismo internacional superó los niveles previos a la pandemia, con 10.26 millones de visitantes, cifra 1.5% mayor que en la primera mitad del 2019. Pero el panorama sigue siendo complicado, ya que mientras siga llegando el sargazo a las costas mexicanas, el problema continuará.