Ante la posibilidad y el deseo de solicitar un crédito hipotecario, resulta trascendental conocer a fondo detalles que con el pasar del tiempo serán beneficiosos a favor del contrayente, para evitar contratiempos en una de las decisiones más importantes en la vida de una persona.
Un bien inmueble suele ser una inversión patrimonial de largo plazo, pero los privilegios que se obtienen con él –también en el largo plazo–, son superiores, ya sea para habitarlo, por ser el inicio de un proyecto personal o familiar, o como inversión para rentarlo y obtener a futuro una buena plusvalía.
En ocasiones, por desconocimiento, mala información obtenida por terceras personas o malinterpretación de los datos que se tienen, la gente no se atreve a acercarse a los expertos, que bien puede ser una institución bancaria o un bróker hipotecario, para solicitar detalles sobre cómo iniciar el proceso para la obtención de un crédito hipotecario y tener una amplia posibilidad de ser sujeto del crédito.
Debemos recordar que existen organismos públicos como el Infonavit o Fovissste que otorgan crédito hipotecario, al igual que bancos y Sofomes, pero también existen brókeres hipotecarios que son asesores independientes, además de que recientemente han llegado al mercado opciones tecnológicas como las proptech. Todas forman un amplio abanico de opciones para recibir asesoría antes de solicitar un crédito hipotecario.
Para Bernardo Silva, co-fundador y CEO de Yave, existen diversos factores para tomarse en cuenta, “y acudir a la institución de confianza donde tienes tu dinero o la tarjeta de crédito, siempre es la primera alternativa; sin embargo, si optas por ella, puedes perderte de otras entidades con una oferta más completa, flexible y con mejores condiciones. Lo importante es informarse de las distintas ofertas disponibles en el mercado y las novedades que existen, si hay nuevas opciones de créditos con requisitos más accesibles”.
Consultados sobre las experiencias de sus clientes antes del inicio de la petición de un crédito hipotecario, la proptech mexicana Yave realizó una encuesta entre sus clientes, combinado con los comentarios recibidos por el mercado, y obtuvo información, la cual resume en cinco errores a evitar, y lograr una tramitación más ágil y exitosa.
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No conocer tu historial crediticio
Todo inicia desde el principio (algo que pocos hacen, por lógico que parezca). Antes de emprender el proceso de solicitar una hipoteca, es importante revisar el historial crediticio personal y asegurarse de tener una calificación positiva. Cuando una persona conoce su historial crediticio, tiene la oportunidad de corregir si existe algún retraso de pago o algún inconveniente que afecte su calificación crediticia.
Las instituciones financieras evaluarán este reporte para determinar la solvencia y capacidad de pago. Si el interesado obtiene una puntuación crediticia baja, podría resultar afectada su solicitud o las condiciones del préstamo pueden serle menos favorables. Si se cuenta con un score arriba de 660, la mayoría de las instituciones financieras autorizarán el préstamo; en caso de contar con un score de 600 o menos, el solicitante pasará por un análisis más estricto o será foco de financieras no bancarias –con una tasa de interés más elevada–.
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No comparar diferentes opciones
Comparar, comparar, comparar. Hay diversas alternativas de simuladores hipotecarios, no solo de los bancos, que nos permitirán hacer aproximaciones de las opciones de productos hipotecarios en el mercado y de esa forma tener una idea muy clara de cuál es la más adecuada para cada uno.
Es crucial investigar y cotejar los distintos créditos hipotecarios antes de tomar la resolución final. No hay que limitarse a un banco, institución o bróker. Se recomienda buscar alternativas, verificar los términos y condiciones, CAT, tasas de interés, plazos, mensualidades y requisitos de cada uno. Esto ayudará a encontrar la mejor opción que se adapte a las necesidades del interesado y le permitirá tomar una decisión inteligente. Hay que considerar el tipo de trámite –si es online o presencial–, la rapidez del proceso y la flexibilidad en los requisitos. Entre las múltiples opciones para el crédito hipotecario existen las entidades gubernamentales (Infonavit, Fovissste, etc.), los bancos, las fintech/proptech y las Sofomes.
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No calcular tu capacidad de pago
Es muy importante tener un presupuesto familiar para definir con precisión los ingresos y las necesidades de gastos.
Es fundamental hacer cuentas y establecer un monto de lo requerido. Valorar qué capacidad de pago real se tiene mensualmente. Evaluar los ingresos, gastos personales y todas las obligaciones financieras que se tienen, para determinar un presupuesto basado en la realidad. Un error frecuente es asumir que puede pagarse una hipoteca basándose en el monto máximo que ofrece la entidad financiera. Eso significa el inicio del fin. Hay que pensar los gastos actuales y los que puedan surgir según los planes personales de vida del contrayente –como pueden ser tener un hijo, adquirir o cambiar de automóvil, entre otros gastos mayores–. De acuerdo con las políticas de la mayoría de las instituciones financieras, el ingreso del aspirante a un crédito hipotecario debe ser del triple de la mensualidad del crédito, aproximadamente.
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No ahorrar lo suficiente para el enganche y otros gastos
Una de las principales recomendaciones de los expertos es ahorrar mensualmente para juntar un enganche, pero además ese ahorro será como una disciplina previa de lo que podremos pagar cada mes.
Por desconocimiento, en ocasiones no son considerados otros gastos inherentes a un crédito hipotecario. Además del enganche –equivalente al 10 o 20% del valor del inmueble, dependiendo la institución–, hay otros costos asociados con la compra de una vivienda, como los gastos notariales. No contar con un capital inicial es un error común. Hay que asegurarse de tener los ahorros suficientes para cubrir esos pagos y evitar problemas financieros que desequilibren la economía personal. Otros gastos significativos son los honorarios notariales, que contemplan los gastos de escrituración de la casa; los honorarios del notario que da fe de la veracidad de la adquisición; los impuestos de adquisición y los derechos de registro. De este último pago, por ejemplo, en la Ciudad de México el monto se estima en el 7% del valor del inmueble; sin embargo, solo es posible conocer el costo exacto luego de efectuarse un avalúo sobre la propiedad.
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No leer y comprender por completo los términos del préstamo
Si bien este no es un factor que determine el préstamo, antes de firmar cualquier documento, hay que leer cuidadosamente los términos y condiciones. Ante las dudas, es fundamental consultar al asesor con el que se lleva el crédito. Es importante recordar que una hipoteca es un crédito a largo plazo y por ende deben revisarse –y aclararse– desde el inicio del proceso todas las inquietudes que se tengan sobre seguros, comisiones, penalizaciones, pagos adelantados, etc. Para estar seguro de estar bien informado, es recomendable elegir una institución financiera que ofrezca a un asesor personalizado con la finalidad de tener una guía durante todo el trámite.