La inversión en México se da por temas de oportunidad, una economía estable, fe en el país, buenos rendimientos y aún mucho por hacer.
En materia de real estate, se ha demostrado que en el tiempo, aunque la mayoría de las veces no sea explosivo en rendimientos, el bien inmueble es sólido y con muchas posibilidades. Además, en lo que a GIM Desarrollos corresponde, es una de sus fortalezas.
Viendo a futuro, el riesgo que pudiera presentarse en el corto plazo es que la burbuja de influjo de inversión y precios de los inmuebles, que se ha formado estos últimos cinco años, pueda reventar con la salida súbita de muchos de esos capitales, la subida de tasas de interés. Además, también en ese periodo, se percibe una baja en las ventas de vivienda media y residencial, aunque un alza en las viviendas de interés social.
Sin embargo, existe un boom de edificación industrial en los corredores automotrices y aeronáuticos, aunque también se ha dado una sobreoferta de oficinas en ciertos corredores, principalmente Reforma, Santa Fe, Lomas, Polanco e Insurgentes, y algo de peligro en el retail para aquellas plazas que no estén bien ancladas y mal ubicadas: aquellas que se desarrollaron sin un buen estudio, debido a la presión de colocación de capital. Esa disponibilidad de capital se reducirá y la pelea por él será más feroz; revisando más a detalle, por los inversionistas, los manejos de sus fondos, a la vez que se cerrarán los canales de crédito.
Por consecuencia, podrían presentarse muchas oportunidades de adquisiciones por quienes tengan el capital listo y un conocimiento profundo del mercado.
A mediano plazo, se estabilizarán las cosas y prevalecerán los jugadores más sólidos y maduros, habrá mucha necesidad de desarrollo, sobre todo estarán los reciclajes y nuevos corredores dentro las ciudades grandes y medianas, donde el uso mixto vertical deberá ser el principal motor. Asimismo, regresarán los fondos y capitales extranjeros, aunque con menos intensidad y mayor grado de análisis en dónde y, sobre todo, con quién invierten.
Finalmente, en el largo plazo, la profundidad del mercado será de tal tamaño que se multiplicarán tanto los jugadores, como los proyectos, además de las fuentes de capital y financiamiento. Habrá mercados al alza y otros a la baja, tal como sucede en los Estados Unidos, cosa que dará mayor versatilidad y menor exposición al riesgo a los desarrolladores. Por otra parte, la vivienda social deberá ser el motor del crecimiento en las ciudades medianas; detrás de ese desarrollo, también se incrementará el número de comercios y servicios. De este modo, habrá mercados formales de oficinas en ciudades distintas a Mexico, Guadalajara y Monterrey.
En síntesis, se aprecian perspectivas favorables a largo plazo. Una buena inversión hoy serían bancos de tierra a 15 y 20 años, ya que esa será la materia más escasa y valuada.
Texto:Abraham Metta Cohen
Foto: Real Estate Market & Lfestyle