La primera mitad del año no ha sido buena para la economía del país. Los números son fríos y confirmaron un pobre desempeño entre enero y marzo; además, las cifras conocidas en abril y mayo indican riesgos con un sesgo a la baja.
Como el Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre (1T19), donde se consideraron cifras ajustadas por estacionalidad, se reportó una contracción de -0.2%, así como la recesión de algunos sectores productivos. Tras lo anterior, no ha faltado quien afirme que en este año existe el riesgo de que la economía tenga un crecimiento negativo.
Cuando menos hasta ahora, si bien los números oficiales no muestran que la economía vaya “requetebien”, como declaró el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO); tampoco hay ninguna encuesta seria que indique la posibilidad de entrar en recesión.
Por ejemplo, la más reciente encuesta quincenal de Citibanamex, señaló que el consenso de analistas consideran que el crecimiento del año en curso será de 1.2%, con un nivel de expectativa máximo de 1.7% que comparten Monex, pero en contraste con una expectativa de crecimiento mínimo de 0.7% de Evercore ISI México, así como 0.9% de Credit Suisse y Citibanamex, respectivamente.
Asimismo, la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado —que elabora mensualmente el Banco de México (Banxico)— ubicó el escenario de crecimiento para 2018 en 1.13% en el reporte que dio a conocer el primer día hábil de julio.
En ninguno de los casos se presenta un escenario recesivo, aunque el panorama de expansión económica es muy pobre.
Al respecto, en su más reciente informe trimestral de inflación, el Banxico recortó por segunda ocasión en el año su expectativa de crecimiento económico para el país, al dejarlo en un rango de entre 0.8% y 1.8% para 2018, por abajo del anterior que fue de entre 1.1% y 2.1 por ciento.
Durante la presentación del informe, el gobernador del banco central, Alejandro Díaz de León señaló: “(Hay) una tendencia a la desaceleración” […] “(tenemos) un entorno marcadamente incierto para la actividad económica”.
Balance inicial pobre
l primer trimestre del 2019 no fue bueno para la economía del país. De acuerdo con las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Producto Interno Bruto (PIB) creció 1.2% al comparar su desempeño con el mismo trimestre de una atrás. Sin embargo, al considerar el crecimiento trimestre a trimestre (1T19 vs 4T18) se registró una tasa de crecimiento negativa de -0.2%, para ser el peor resultado desde 2009.
Como el primer trimestre tuvo un efecto calendario favorable, al ajustarlo por estacionalidad la economía ya no creció 1.2% anual, sino solamente 0.1% anual. Las cifras son oficiales y no mienten, el resultado ha sido malo.
Por su parte, la cifra de abril del Índice Global de Actividad Económica (IGAE), lo más cercano al PIB mensual decreció -1.4% a tasa anual, una cifra adversa encabezada por la contracción del sector industrial y de servicios; mientras que en cifras desestacionalizadas creció 0.1 por ciento.
Lo más relevante de estas cifras es que muestran una tendencia de debilitamiento de la actividad económica en su conjunto, con varios sectores en recesión. Y lo más relevante es que muestran riesgos sesgados a la baja, apoyado por la considerable debilidad observada en marzo.
Citibanamex comentó que las cifras del IGAE durante el periodo marzo-abril confirman la debilidad de la actividad económica. Asimismo, ciertos datos de mayo como las ventas de autos y la creación de empleo sugieren que la debilidad continuó, con las ventas de la ANTAD siendo la única sorpresa positiva en el pasado reciente. Esperamos que el PIB en el segundo trimestre de 2019 registre un crecimiento trimestral de 0.6%.
¿Dónde están los riesgos?
De acuerdo con un análisis de Banorte, “el riesgo más relevante es la señal de una desaceleración en los servicios a pesar de fundamentos sólidos para el consumo privado, particularmente considerando el fuerte incremento en los salarios reales y la expectativa de mayores transferencias por programas sociales del Gobierno Federal. En este sentido seguimos creyendo que el consumo privado será el principal motor de crecimiento de la economía. No obstante, la contracción trimestral en este periodo (1T19) provee señales de alerta”.
“Por su parte, la actividad industrial también se está moderando, situación que creemos podría extenderse en el corto plazo. A nivel externo, creemos que las tensiones comerciales han impulsado el crecimiento global y que esto tendrá un impacto más negativo que los posibles beneficios de una menor incertidumbre alrededor de la negociación del T-MEC”.
La eliminación de aranceles a la importación de Estados Unidos del aluminio y el acero para México y Canadá, es un avance significativo de cara al T-MEC, pero el proceso de aprobación seguirá afectado por factores políticos en la Unión Americana.
Los analistas de la institución financiera consideran que el reporte del PIB al 1T19 validó la desaceleración del gasto gubernamental, la cual se ha reflejado negativamente en renglones como la construcción (actividad industrial), y en actividades gubernamentales (servicios).
“En nuestra opinión, el lastre de este factor debería de disminuir conforme pase el año y el gasto federal comience a normalizarse. Sin embargo, los riesgos en este frente están concentrados en la posibilidad de qué medidas de austeridad adicionales puedan implementarse, con el fin de alcanzar objetivos fiscales en un contexto de menores ingresos ante una desaceleración económica”.
Adicionalmente a lo señalado por la institución, será importante considerar que con un menor ritmo de crecimiento a lo previsto en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para el año en curso, es altamente probable que la recaudación sea menor y se tenga que hacer algunos ajustes al presupuesto de egresos.
Amenaza comercial
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, desde su campaña electoral y hasta la fecha no ha dejado de ser una amenaza para el comercio de México con dicha nación. Si bien la más reciente amenaza de imponer aranceles fue desactivada por el control migratorio que ahora ejerce México, el riesgo no ha desaparecido por completo.
De acuerdo con una evaluación de Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco base, las implicaciones pueden ser negativas por varios motivos:
1. El anuncio de que se impondrán aranceles a México implica un grave riesgo a la baja para el crecimiento económico del país, ya que el 80% de las exportaciones de México van hacia Estados Unidos. De implementarse el arancel, se reduce la probabilidad de que México crezca durante el año por arriba de 1%, lo que también pone en riesgo la estabilidad de los ingresos tributarios y la calificación crediticia de la deuda soberana.
Se estima que el impacto directo del arancel del 5% sobre las exportaciones de México sería una disminución aproximada de 2.85 puntos porcentuales en su crecimiento. Es decir, si actualmente las exportaciones de México crecen 3.10%, se estima que ahora crecerían a una tasa aproximada de 0.25%. Sin embargo, se compensaría parcialmente por la depreciación de la moneda, por lo que el efecto directo sobre las exportaciones puede terminar siendo menor.
Para compensar completamente el arancel del 5%, el tipo de cambio debería subir a 20 pesos por dólar.
2. La decisión de imponer aranceles nuevamente amenaza las reglas del comercio global, pues se estaría actuando en contra del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), todavía vigente y de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), algo que otorgaría derechos a México para implementar represalias, pero que podría desatar una guerra comercial entre los dos países, con consecuencias todavía peores para México.
3. Es la primera ocasión que Trump anuncia un arancel en contra de un país con el que tiene un acuerdo comercial con fines distintos a re-direccionar el comercio. Es decir, se está empleando el proteccionismo comercial para presionar a un gobierno a actuar en temas migratorios, algo que claramente tiene un fin político rumbo a las elecciones del 2020 en Estados Unidos. Cabe destacar que durante los primeros tres meses del año, México se colocó como el principal socio comercial de Estados Unidos, inclusive por encima de Canadá y China.
4. Aunque en México, López Obrador ha dicho que no planea implementar represalias dando prioridad al diálogo y agregó que no frenará el proceso de aprobación del T-MEC, habrá más incertidumbre en el sector empresarial, pues en cualquier momento puede surgir una confrontación que frene la aprobación del nuevo tratado. Por lo anterior, la inversión podría desacelerarse con más fuerza el resto del año.
¿Inercia de principio de año?
No debemos olvidar que en el primer año de cada inicio de gobierno se presenta una desaceleración económica derivada del retraso en el gasto público y la contención de la inversión privada; en tanto el nuevo gobierno da señales claras. Algunos comparativos:
- En el último año de Ernesto Zedillo, la economía creció 4.94%; y en el primer año de Vicente Fox, se contrajo -0.40 por ciento.
- Al finalizar Fox alcanzó una expansión anual del PIB de 4.5%; y en el primero de Felipe Calderón apenas 2.29 por ciento.
- Al terminar Calderón el país creció 3.64%; y con Enrique Peña Nieto se comenzó con un avance de 1.35 por ciento.
- El último año de Peña Nieto, la economía se expandió 2% y al parecer si bien nos va creceremos 1.4% este año.
Como en el segundo semestre de 2018 se observó una pérdida de fuerza económica, podemos expresar que el registro del primer trimestre de 2019 no es más que la continuidad de la desaceleración ya observado.
Sin embargo, esta tendencia de debilitamiento se pronunció por eventos internos como la pérdida de confianza de los inversionistas, luego de la cancelación del aeropuerto de Texcoco; la falta de claridad en la política económica; el desabasto de gasolina por el tema del huachicol; los bloqueos de trenes en Michoacán; las huelgas en la frontera, principalmente Tamaulipas; y la reorientación del gasto a temas sociales más que a gasto de inversión.
Texto Ricardo Vázquez
Foto: JULIO ASRILLERO / LATAM-PUERTOS / EPY / forbes