Son fundamentales factores como la concesión de créditos hipotecarios y el suministro de liquidez a las desarrolladoras.
La recuperación del negocio de la vivienda en México atraviesa por un periodo de consolidación marcado por el reacomodo corporativo de los desarrolladores, así como por el comportamiento del crédito hipotecario y retos vinculados a la gestión.
De cumplirse las previsiones, diciembre acumulará otra vez un trimestre con reducción en el número de proyectos de vivienda en todos los tipos, así como en los principales mercados de las densas zonas urbanas.
No obstante, la crisis financiera de las cuatro grandes desarrolladoras, que producían en promedio 17,000 viviendas, hizo que el volumen de nuevos desarrolladores creciera más de 100% en el número de participantes, según cifras oficiales de la Cámara Nacional de Vivienda (Canadevi); ello significa que se integraron a los padrones oficinales más de 1,000 nuevos competidores.
A diferencia de la gran concentración que existía en el lado del desarrollo, los nuevos participantes son pequeños y medianos con un nivel de intervención de un dinamismo acentuado y que se ubica en la zona del Bajío.
Desde 1990 a la fecha, el mercado de la vivienda ha presentado distintos ciclos de comportamiento en el mercado. Sin embargo, para la firma de consultoría Softec que trimestralmente observa el comportamiento del negocio de la vivienda en 40 mercados, la oferta y demanda han respondido a las condiciones con que hoy se rige el mercado.
“Todavía falta muchísimo para atender el problema de la vivienda. La cuantificación es muy vaga porque sólo hay estadísticas de vivienda nueva terminada. Además lo que hemos visto en desplazamiento de producto no es similar a los picos que se observaban entre 2006 y 2007”, explica Claudia Velázquez, directora de Desarrollo de Nuevos Negocios de la firma.
En su último reporte de tendencias, la empresa señala una reducción trimestral en el número de proyectos vigentes que pasaron de 4,229 al inicio de 2014 a 4,126 y 3,755.
Velázquez dice que los números son resultado de varios factores que inciden en una reducción generalizada del ritmo de construcción, misma que se refleja en la vivienda popular, de interés social y residencial plus.
Los números también han manifestado un desplazamiento de producto nuevo en existencia, así como el agotamiento de los compradores de vivienda nueva en el sector formal.
A esas condiciones de mercado se suman factores como la falta de crédito a la construcción y la lentitud en los permisos que ponen freno importante a la oferta.
Para José Shabot, director de la desarrolladora Quiero Casa, estos aspectos son parte de los ejes que están dificultando incrementar el ritmo de nuevas construcciones, particularmente en zonas urbanas como la Ciudad de México.
“Está habiendo un gran esfuerzo de la banca de desarrollo por darle liquidez a los constructores y desarrollar con créditos a la construcción, sin embargo el proceso es más complejo que eso”, detalla.
En su visión los programas de Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), Infonavit y Fovissste son sólo una parte de la dinámica. Del otro lado, explica, en ciudades como el Distrito Federal, la ausencia de normas han complicado que se detone el desarrollo. “Trabajar con gobiernos locales y municipales para que nos abran más la puerta con instrumentos normativos para que funcionen es fundamental. Veo la posibilidad de generar una buena oferta de vivienda con base en las alternativas de créditos. Del lado de la oferta, se requieren terrenos con usos de suelo y de la demanda, créditos que den profundidad al mercado”, destacó.
Hasta ahora, distintas instancias han señalado una evolución y adecuación de la industria, sin embargo la falta de un ritmo sostenido de crecimiento ha dado paso al incremento de la informalidad en la construcción para solucionar el requerimiento de vivienda de los nuevos demandantes.
El crédito
El financiamiento al consumo y a la construcción han sido la combinación perfecta en el pasado para generar resultados en el negocio habitacional. Sin embargo, la crisis financiera de las grandes desarrolladoras y la de entidades financieras, dificultaron el panorama del crédito.
En 2014, la SHF destinó 30,000 millones de pesos para financiar la producción de vivienda, a fin de garantizar la liquidez del sector. Hasta octubre pasado se registraron 47,000 viviendas, la cifra más alta en 35 meses, y el programa de subsidios registró una inversión de 9,300 millones de pesos, incluidos recursos ejercidos y apartados. Esta cifra representa el 80% del monto presupuestado para el año y un crecimiento con el año previo de 62.6 por ciento.
De esos recursos, el proyecto especial para atender a derechohabientes de Infonavit y Fovissste con ingresos de hasta cinco salarios mínimos representó 25% de la colocación.
Pese a los resultados reportados a octubre pasado, para los analistas el factor crédito es sólo uno de los elementos que requiere el proceso de recuperación.
Texto:Claudia Olguín
Foto: ABILIA