La incertidumbre ha sido el común denominador de la crisis sanitaria por el nuevo Coronavirus en todos los ámbitos. El mercado inmobiliario corporativo no fue la excepción, al grado de generase grandes cuestionamientos sobre su futuro una vez terminada la pandemia, a la vez de plantear diversos retos.
Muchas opiniones se han vertido sobre el tema, algunas sin ningún sustento profesional, generando, incluso, ciertos mitos en torno a la existencia futura de los espacios de oficinas corporativas.
Por ello, a través de este artículo analítico y con base en la experiencia profesional de muchos años en esta práctica, exponemos nuestro punto de vista para despejar las dudas más recurrentes que identificamos y que consideramos relevantes poder descifrar.
Partimos de una importante premisa: La máxima capacidad creativa y organizativa se lleva a cabo en el centro de trabajo. Sin embargo, también reconocemos que será inevitable que siga la transformación de los espacios corporativos, derivada de esta crisis sanitaria.
¿Por qué las oficinas corporativas no van a desaparecer?
Lo que sucede en estos espacios es mágico y va más allá de un espacio físico de interacción. Las oficinas son lugares de inspiración donde se libera la máxima capacidad creativa, productiva y de colaboración del ser humano, a partir de hacerlo sentir parte de ‘algo’ mucho más grande que su propio ser: Formar parte de una organización o empresa.
Es en las oficinas, donde nace la cultura empresarial y donde se genera el ADN corporativo que nos define como organizaciones y eventualmente como personas: ¿Quiénes somos? ¿Qué buscamos? ¿Qué nos apasiona? ¿Cuál es nuestra aportación a la sociedad? ¿Por qué hacemos lo que hacemos?
¿Qué representan las oficinas para el ser humano?
Es un lugar de encuentro y para muchos un espacio de ‘felicidad’. El sentimiento de productividad genera en las personas una sensación de bienestar total que se traduce en altos niveles de salud física, mental y emocional.
Las personas orgullosas de sus lugares de trabajo encuentran un sentido de vida y tienen altísimos niveles de productividad por el compromiso que les nace, al sentir que su esfuerzo laboral tiene un motivo existencial profundo que va más allá de cumplir con un horario a cambio de una contraprestación monetaria. Es la feliz convicción de saber que se está aportando ‘un granito de arena’ a la sociedad en un mundo cada vez más dinámico y demandante.
Somos seres sociales, y en estos espacios también definimos nuestra existencia como grupo a través de crear y vivir nuestra misión, visión y valores corporativos, elementos esenciales que nos hacen valiosos ante nuestra sociedad y nuestro país, además de orgullosos ante nosotros mismos y nuestras familias.
¿La experiencia del Covid-19 demostró que el home office es una maravilla?
En mi opinión, si bien la tecnología nos mantuvo razonablemente activos y conectados, en estos tres meses de auto-confinamiento por el Covid-19, la experiencia vivida está lejos de ser una práctica óptima. Durante esta etapa, no existió en ningún momento la oportunidad de interactuar con otras personas en diferentes lugares, que es algo tan deseable, saludable y necesario para el sano desarrollo y equilibrio del ser humano en sus ámbitos sociales, familiares y laborales.
Lo anterior, llevó a que un altísimo porcentaje de la población a trabajar en exceso, en jornadas sin descanso y en horarios desmedidos, sin considerar días festivos o fines de semana; convirtiendo el Home Office en all day office, lo que para muchos generó una falsa sensación de máxima productividad, cuando en realidad lo que ocurrió fue un abuso de las jornadas de trabajo, provocado por una falta de estructura y respeto a los horarios que pronto cobró factura en la salud, la eficiencia y la armonía familiar.
Por otro lado, también hay los que dejaron de ser efectivos y productivos por la falta de disciplina y supervisión, esto sin mencionar todos aquellos casos en los que, por estar confinados en casa, incrementaron de manera alarmante problemas de ansiedad, depresión, alcoholismo y otras adicciones que a su vez aumentaron otros males, como la violencia intrafamiliar.
Si bien esta experiencia de Home Office va a permitir establecer en las empresas ‘nuevas formas de trabajo a distancia’, con esquemas y horarios mucho más flexibles al aprovechar las plataformas tecnológicas para ‘despersonalizar’ ciertos espacios y lugares dentro de las oficinas tradicionales, aún falta mucho por desarrollar para lograr modelos integrados que ofrezcan a empleados y empleadores la vida sana y productiva que todos necesitan.
Debemos considerar que es mínimo el número de trabajadores que tiene la actitud emprendedora que se requiere para trabajar con un equilibrio responsable desde casa, y muchos menos los que cuentan en sus hogares con las condiciones óptimas de tecnología y seguridad necesarias para volverlo algo permanente.
¿Cómo será el regreso a las oficinas ante la ‘nueva normalidad’?
Regresaremos a un mundo distinto en el cual, mientras no exista la vacuna, habrá una sensación permanente de inseguridad colectiva compartida.
Uno de los principales compromisos que tendrán que asumir y entender los empresarios y líderes frente a sus colaboradores, será el generar las condiciones de seguridad sanitaria física y psicológica necesarias, para que la fuerza laboral regrese a sus puestos de trabajo en un ambiente que les genere paz mental y tranquilidad suficiente para trabajar diligentemente, sin la preocupación permanente de estar expuestos a un contagio.
¿Cuáles serán las medidas o estrategias que se necesitarán para un regreso seguro a las oficinas?
Para un regreso que genere la mayor seguridad posible a los usuarios de las oficinas corporativas ante la ‘nueva normalidad’, se habrán de establecer una serie de medidas y prácticas sanitarias, con la instalación de elementos físicos y la incorporación de hábitos que cambiarán las prácticas y la forma en que utilizábamos los espacios.
Entre muchos y diversos aspectos a considerar, lo más importante es contar con el apoyo de asesores profesionales en la materia, que tengan una amplia experiencia y cuenten con las certificaciones sanitarias requeridas para evitar la improvisación; esto incluye en la parte psicológica una metodología del manejo del cambio con una comunicación asertiva que permita generar empatía de la organización con sus colaboradores sobre los protocolos, tiempos y estrategias que se implementarán para un regreso confiable a las oficinas.
Elementos a considerar:
- Desinfección y sanitización permanente en áreas públicas y privadas, así como de filtros y equipos de aire acondicionado.
- Instalación de mamparas con esterilización continua.
- Túneles o cabinas de acceso desinfectantes.
- Sistemas de acceso y encendido touchless.
- Estaciones de lavado de manos dentro de las áreas comunes.
- Módulos de limpieza con alcohol gel 70 por ciento.
- Uso de guantes y cubre bocas en entradas y zonas de alta interacción, como salas de juntas, auditorios, comedores, entre otros.
- Diseño de planes que permitan la disminución en la densidad promedio de metro cuadrado por persona al implementar estrategias de uso alternativo en días y horarios de trabajo para diferentes grupos y equipos.
Conclusión
Podemos aseverar que, en el nuevo contexto, el uso, aprovechamiento y distribución de los espacios de oficinas continuará transformándose mientras regresemos paulatinamente a una ‘nueva realidad’; así como que, sin duda alguna, las oficinas corporativas seguirán cumpliendo su misión social y económica de generar un espacio de convivencia, bienestar y alta productividad, indispensable tanto para los individuos como para las organizaciones.
Texto:Luis G. Méndez Trillo
Foto: coldwell banker / @vgstockstudio / Studio O+A. Image © Garrett Rowland and Amy Young / adr