A pesar del contexto económico de mayor inflación y tasas de interés, y del rezago que hay en la generación de empleo, la demanda de crédito hipotecario a la banca ha sido constante.
Este ritmo de crecimiento se sustenta completamente en el desempeño del saldo del crédito al segmento medio y residencial, que en dicho periodo repuntó a una tasa anual real de 4.0%, mientras que el saldo de la cartera de crédito de interés social se contrajo -10.7% a tasa anual real.
El reporte del saldo vigente a julio, de 3.3%, es menor al dato observado en mayo y junio de 3.5 y 3.4%, respectivamente. “Esta tendencia a la baja podría prolongarse pues el dinamismo de la cartera refleja con rezago el desempeño del empleo formal y el ciclo de alzas en tasas de interés encarecerá también este tipo de financiamiento”.
Agregaron que el dinamismo podría verse afectado “de observarse una desaceleración en el crecimiento del empleo formal, una mayor inflación que impacte negativamente y de forma prolongada los salarios reales o condiciones que limiten los incentivos a invertir de las empresas privadas”.
“Este mes, se colocaron 12.1 mil mdp en préstamos residenciales. En el mediano plazo, esperamos una normalización del crecimiento de la cartera derivado de mayores costos financieros, restricciones más elevadas en la originación, aumentos en el precio de la vivienda y menor demanda por distorsiones económicas. Mientras tanto, el sector de viviendas registra un largo periodo de buen ímpetu”.