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El portafolio hipotecario de la banca mexicana recuperó en febrero el desempeño idéntico al que registró al cierre de 2023, con un ritmo de crecimiento sólido.

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Al inicio de 2024 (enero) se observó una desaceleración del saldo de la cartera de crédito a la vivienda, pero durante el segundo mes del año recuperó el ritmo de crecimiento previo.

 

Cifras del Banco de México a través de los Agregados Monetarios y Actividad Financiera, revelaron que en febrero se reportó un saldo de un billón 331 mil millones de pesos, lo que determinó un ritmo de crecimiento de 4.1% a tasa anual real.

 

Dicho desempeño estuvo soportado por el saldo de la cartera de crédito a la vivienda media y residencial, que avanzó a un ritmo del 4.5% anual, a diferencia del saldo del crédito a la vivienda de interés social que se contrajo a un ritmo de -5.1% anual.

Además de la mejora respecto a febrero, también se observa una ligera recuperación respecto al desempeño observado en el mismo mes de 2023, cuando reportó un crecimiento de 3.9% anual.

Un análisis de BBVA señaló que “la desaceleración que se ha venido observado desde agosto estaría asociada tanto a un menor dinamismo del empleo y los salarios, como a un entorno en el que se han mantenido tasas de interés altas, incrementando el costo del financiamiento y con ello reduciendo la demanda por este tipo de financiamiento”.

 

 

El reporte de febrero significó un buen resultado porque desde la segunda mitad del 2023 y al inicio de 2024 se observaron señales de desaceleración en el portafolio hipotecario de la banca.

Si bien no se prevé que baje de manera considerable el costo del crédito hipotecario en 2024, no se anticipan nuevos incrementos.  

 

Analistas de Intercam expresan que “el costo de los materiales para construcción ha ido a la baja, pero se mantienen elevados. Asimismo, las elevadas tasas han desincentivado el financiamiento de compradores y vendedores, limitando el desarrollo inmobiliario”.

 

El contexto está propicio para ver un mercado con cierta estabilidad y mucha solidez, aunque puede verse favorecido por el inicio del ciclo de baja en las tasas de interés de referencia de Banco de México (Banxico) y el control que ha mostrado la inflación.

 

 

De acuerdo con el análisis de BBVA, “el año pasado la cartera de vivienda logró incrementar su dinamismo impulsada (con rezago) por el crecimiento del empleo y el salario real. Las mayores tasas de interés de largo plazo podrían haber mitigado un mayor crecimiento de esta cartera y, aunadas a la paulatina disminución en el crecimiento del empleo formal, hacen esperar hacia adelante un desempeño más modesto de este tipo de financiamiento”.

No obstante, resalta que el saldo promedio de la cartera en 2023 se ubicó 18.1% por encima del observado en 2019, pues este segmento de crédito a los hogares fue el único que registró crecimientos reales durante toda la pandemia.