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El mercado inmobiliario habitacional en México enfrenta un inicio de 2025 marcado por retos y oportunidades. La evolución de la economía, las políticas gubernamentales y las tendencias de consumo están configurando un panorama en el que la diversificación de productos, la innovación en modelos de adquisición y la resiliencia del sector serán clave para su crecimiento sostenible.

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Un análisis de Tasvalúo señaló que uno de los principales desafíos sigue siendo la contracción en la demanda de créditos hipotecarios para vivienda nueva. En los últimos diez años, esta tendencia ha reducido la oferta en aproximadamente 300 mil unidades.

 

Para el cierre de 2024, se estima que la demanda anual de créditos hipotecarios alcance las 248 mil unidades, reflejando la estabilización del mercado después de una década de ajustes. Factores como el encarecimiento del crédito, el alza en los costos de materiales de construcción y la escasez de tierra desarrollable han contribuido a esta situación.

 

Y a pesar de estos desafíos, la adopción de esquemas innovadores y la estabilidad en la demanda podrían generar una recuperación progresiva.

 

Modelos como las "branded residences", asociaciones entre desarrolladores inmobiliarios y marcas del sector hotelero, y el "fractional ownership" (copropiedad) están ganando relevancia como alternativas atractivas para inversionistas y consumidores.

 

Estas innovaciones buscan atender las necesidades de un mercado en constante transformación, en el que la conectividad y la sustentabilidad juegan un papel fundamental.

 

 

Demanda hipotecaria por mercado

En términos de demanda hipotecaria, la Zona Metropolitana de Monterrey se posiciona como el mercado más dinámico, con más de 29 mil créditos hipotecarios proyectados para finales de 2024. Le sigue la Ciudad de México con 28 mil unidades y Guadalajara con más de 20 mil.

Otros mercados relevantes incluyen Cancún (15 mil), Querétaro (11 mil), Tijuana (8 mil), Mérida (7 mil), Puebla-Tlaxcala (6 mil) y León (5 mil). Estas ciudades representan el epicentro de la actividad inmobiliaria en el país.

También el valor de las carteras hipotecarias muestra una distribución interesante. La Ciudad de México lidera con un estimado de 39 mil millones de pesos (mmdp) en créditos hipotecarios, seguida por Monterrey (34.2 mmdp) y Guadalajara (23.4 mmdp). Este crecimiento en la cartera refleja un cambio en la composición del mercado, donde los segmentos de vivienda media y tradicional han registrado mayor dinamismo en comparación con los segmentos residencial y residencial plus.

 

Uno de los mayores retos sigue siendo el déficit de vivienda económica en el país. Aunque la administración federal ha anunciado la construcción de un millón de viviendas, aún no se han definido los mecanismos operativos ni los plazos de ejecución. De concretarse, esta iniciativa podría generar un impacto significativo en la oferta de vivienda accesible, reduciendo la presión sobre los desarrolladores privados.

 

Tasvalúo afirma que a pesar de la contracción en la demanda de vivienda nueva, el sector inmobiliario cuenta con oportunidades para reconfigurarse y fortalecerse en el mediano y largo plazo. La diversificación de productos, el compromiso gubernamental con el sector y la evolución en los modelos de financiamiento podrían consolidar un mercado más sólido y resiliente. Con una planeación adecuada y estrategias innovadoras, 2025 tiene el potencial de convertirse en un año clave para la transformación del mercado inmobiliario en México.