De acuerdo con la Ley de Instituciones de Crédito, existen dos tipos de instituciones de crédito: Las de banca múltiple y las de banca de desarrollo. Mientras que las primeras operan en condiciones de mercado y con fines lucrativos, las de banca de desarrollo se orientan hacia la promoción del desarrollo económico, cumpliendo funciones específicas determinadas por el Congreso de la Unión a través de sus respectivas leyes orgánicas.
Las instituciones de banca de desarrollo no tienen como fin primordial la obtención de ganancias, sino que están diseñadas para atender sectores prioritarios para el país, como la agricultura, la vivienda, la pequeña y mediana empresa, la infraestructura, el comercio exterior o la innovación tecnológica. Estas entidades operan como instrumentos de política pública del Gobierno Federal y están reguladas por sus propias leyes orgánicas y por la Ley de Instituciones de Crédito.
Entre sus funciones principales se encuentran:
- Otorgar financiamiento en condiciones preferenciales.
- Canalizar recursos hacia actividades con alto impacto social o económico.
- Complementar a la banca comercial cuando ésta no atiende ciertos sectores por considerarlos de alto riesgo o baja rentabilidad.
- Fomentar el ahorro y su adecuada canalización regional.
Las instituciones de banca de desarrollo se rigen por un régimen jurídico mixto: Por un lado, están sujetas a la Ley de Instituciones de Crédito y por otro, cuentan con su propia ley orgánica que detalla su objeto, estructura y funciones específicas.
Su operación se sujeta a principios de eficiencia, control y vigilancia por parte de autoridades como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
En el artículo 3 de la mencionada Ley de Instituciones de Crédito establece que el Sistema Bancario Mexicano está compuesto por el Banco de México, las instituciones de banca múltiple, las de banca de desarrollo, fideicomisos públicos con funciones financieras, y los organismos autorregulatorios. Las instituciones de banca de desarrollo tienen un lugar específico dentro de este sistema para garantizar la inclusión financiera y el equilibrio regional en el acceso al crédito.
Ahora bien, en nuestro país, algunas de estas instituciones son: Nacional Financiera (NAFIN) que apoya a las pequeñas y medianas empresas; Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT), que principalmente se dedica al fomento al comercio internacional; Banco del Bienestar y la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), dedicada al desarrollo del sector vivienda.
Se resume que, las sociedades nacionales de crédito, bajo la forma de instituciones de banca de desarrollo son pilares esenciales para financiar el progreso nacional en sectores estratégicos. Al no estar regidas por fines de lucro, su función social y económica las convierte en actores clave para alcanzar un crecimiento equitativo y sostenido en México.
* Titular de la notaría 62 de la Ciudad de México.