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Debe considerarse que muchas organizaciones y empresas aún tendrán a su personal laborando bajo esta modalidad casi al 100% en el 2021.

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La Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley Federal del Trabajo, cuyo propósito es regular el Home Office, que dan mayor precisión a su definición y regularán las relaciones laborales bajo el capítulo que regula el teletrabajo, en los casos en los que el trabajador permanezca más de 40% del tiempo en su domicilio u otro lugar que elija y que sea distinto al establecimiento del patrón.

De igual manera, aclaran que el trabajo a distancia que se realice de forma ocasional o esporádica no será considerado teletrabajo. Esto se vuelve relevante, ya que de entrar en vigor esta reforma el 1 de enero de 2021, muchas organizaciones y empresas aún tendrán a su personal laborando bajo esta modalidad casi al 100%, indican especialistas de KPMG México.

Esto, porque algunos estados se encuentran en el color rojo del semáforo epidemiológico por la alerta sanitaria y se imposibilita el regreso a las oficinas, pues la prioridad es cuidar la salud de las personas. Las empresas que tengan a sus trabajadores bajo esta modalidad se encontrarán con varios retos que afrontar, ya que esta reforma les impone nuevas obligaciones como patrones, por ejemplo:

-Modificación de contratos y reglamentos. Uno de los retos para los patrones será dejar por escrito las nuevas condiciones de trabajo mediante un contrato en el que quede asentado el equipo e insumos que le entreguen a los trabajadores, destinados a desempeñar sus labores desde casa, así como los mecanismos de contacto y supervisión, duración y distribución de horarios.

-Modificaciones a los contratos colectivos o reglamento interior de trabajo. Los patrones deberán negociar con los sindicatos para determinar las condiciones de trabajo y establecer los convenios contemplados para el personal sindicalizado que esté desempeñándose mediante teletrabajo; o incluir en el reglamento interior mecanismos que garanticen la vinculación y contacto entre los trabajadores que se desempeñen bajo esta modalidad.

-Proporcionar el equipo adecuado. Uno de los mayores retos será la logística para proporcionar, instalar y encargarse del mantenimiento de los equipos de cómputo, sillas ergonómicas o impresoras; quedan abiertas las interpretaciones de qué equipo se asignará y el registro contable del mismo, así como su adecuado control, al estar fuera de las instalaciones o establecimientos del patrón.

-Pago de servicios de internet y electricidad. Este punto genera varias interrogantes, desde cómo se realizará el pago a los trabajadores, si en especie o en efectivo, hasta cómo se documentará para demostrar a las autoridades fiscales y de seguridad social que no se trata de un sobresueldo. Entre las preguntas destacan ¿de qué manera se determinará la parte proporcional de electricidad?

-Derecho a la desconexión. Se considera incorporar el derecho a la desconexión de los colaboradores al término de la jornada laboral, pero ¿qué cambios deben darse en los estilos de liderazgo para evitar que quien tiene personal a su cargo respete ese derecho, y como será monitoreado su acatamiento? 

-Capacitación. Se establece que es necesaria para garantizar la adaptación, aprendizaje y el uso adecuado de las tecnologías de la información, con especial énfasis en aquellas que cambien de modalidad presencial a virtual. La consultora refiere que es importante el reskilling de la fuerza laboral, como desarrollar y ampliar las habilidades digitales del personal durante los próximos dos a tres años.

-Promover el equilibrio de la relación laboral. Para que los empleados gocen de un trabajo digno, decente y con igualdad de trato en cuanto a remuneración, capacitación, formación, seguridad social y acceso a mejores oportunidades laborales, entre otros aspectos. Puede incluirse la creación de nuevos beneficios o prestaciones que ayuden a solventar los gastos en la ‘nueva realidad’ del trabajo a distancia.

El dato:

En la encuesta ‘Gestión de Talento ante nuevos esquemas de trabajo KPMG 2020’ en México, el 72% de los encuestados resalta que el principal requerimiento para la adopción del trabajo a distancia son los lineamientos y condiciones de este, por lo que acordar horarios definidos para laborar y desconectarse será una de las tareas pendientes para las organizaciones y sus líderes.