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Según la Encuesta Internacional de Educación Financiera en Adultos, México calificó con 59 puntos de 100 en educación financiera.

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La educación financiera comprende los conocimientos, comportamientos y actitudes que una persona adopta para administrar sus recursos económicos, con el objetivo de alcanzar metas personales y construir una salud económica sólida a corto, mediano y largo plazo.

 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD por sus siglas en inglés) reveló en su encuesta que México calificó con 59 puntos de 100 en educación financiera; un puntaje muy por debajo de países líderes como China (91), Alemania (85) y Estonia (78).

 

Al respecto, Simplestate propuso cinco acciones para seguir impulsando la educación financiera en niñas y niños:

  1. Incluir la educación financiera en el hogar, mediante recursos lúdicos como juegos y libros, o visitas familiares a museos que fomenten actividades educativas y divertidas.

Gonzalo Abalsamo, cofundador y CEO de Simplestate, dijo: “La capacidad de tomar decisiones informadas sobre finanzas y proteger los derechos financieros es crucial para el bienestar individual y social”.

 

 

  1. Promover el ahorro, iniciando con una alcancía o abriendo una cuenta de ahorros, considerando que, a partir de los 3 años, los niños comienzan a reconocer las monedas y comprenden su valor de intercambio.
  2. Dar la oportunidad de tomar decisiones financieras, permitiendo que puedan elegir cómo gastar sus ahorros. Los mayores de 10 años podrían participar en la elaboración del presupuesto familiar.
  3. Ser un buen ejemplo, con adultos que muestren un comportamiento financiero sano para que sus hijos lo imiten.
  4. Proponer cursos en el colegio, ya que las escuelas juegan un papel vital.

 

Las instituciones podrían ofrecer talleres sobre conceptos financieros básicos u organizar bancos escolares.

 

“La educación financiera en la infancia no solo mejora las habilidades matemáticas y de pensamiento crítico, sino que también prepara a los jóvenes para tomar decisiones financieras responsables en el futuro, contribuyendo a su independencia financiera y reduciendo riesgos de endeudamiento y estafas”, concluyó Abalsamo.