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La temporada alta pone a prueba la operación hotelera. La tecnología es clave para agilizar procesos, mejorar la experiencia del huésped y hacer más eficiente el uso de recursos.

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Las vacaciones, los feriados y los eventos masivos suelen traducirse en hoteles a su máxima capacidad. Si bien la alta ocupación es buena para el negocio, también representa una prueba para los equipos de gestión: Largas filas en recepción, fallos en el WiFi, consumo desbordado de energía y una operación al límite. La diferencia entre un servicio sobresaliente y uno deficiente está, cada vez más, en cómo se enfrenta esta presión… y la tecnología está jugando un papel clave, aseveró Sebastian Barrionuevo, VP Latin America & Caribbean de Vingcard.

El reto de hacer check-in sin estrés

Uno de los primeros puntos críticos en cualquier hotel es la recepción. Durante los días más concurridos, las filas para registrarse pueden afectar la experiencia del huésped desde el inicio.

 

Para resolverlo, muchas propiedades están adoptando sistemas de check-in digital y llaves móviles, que permiten al viajero ingresar a su habitación directamente desde su teléfono, sin pasar por recepción. Esta solución ahorra tiempo, reduce el contacto físico, elimina las tarjetas extraviadas y libera al personal para tareas más importantes.

 

Conectividad: Más que un servicio, una necesidad

En tiempos de redes sociales, videollamadas y trabajo remoto, los huéspedes esperan una conexión rápida y sin interrupciones, incluso si el hotel está lleno. El reto es que, en temporada alta, cientos de dispositivos pueden estar conectados al mismo tiempo.

Por eso, implementar redes diseñadas específicamente para ambientes hoteleros y sistemas de gestión de ancho de banda se vuelve esencial. Estas herramientas priorizan el tráfico más importante y aseguran una navegación estable, además de proteger los datos del usuario. Una buena conectividad también garantiza el funcionamiento eficiente de otros sistemas del hotel, como las plataformas de reservas, comunicaciones internas o el propio check-in digital.

 

 

Una solución integral de conectividad, como la de Vingcard, mejora la experiencia del huésped, reduce quejas y errores operativos, y asegura que las soluciones tecnológicas habilitadas (como sistemas de gestión, check-in digital, o comunicación interna) funcionen sin interrupciones.

Energía e insumos bajo control

La operación a plena capacidad también incrementa el uso de energía, agua y productos de limpieza. El desafío no es solo mantener el servicio sin interrupciones, sino hacerlo de forma eficiente.

 

Tecnologías de gestión energética inteligente permiten regular automáticamente el aire acondicionado, la iluminación y otros consumos según la ocupación y las preferencias del huésped. Esto puede reducir hasta en un 40% el gasto en electricidad, sin sacrificar comodidad.

 

Por su parte, herramientas digitales para el control de inventarios ayudan a llevar un seguimiento preciso del uso de insumos, evitando desperdicios y mejorando la reposición. Además de reducir costos, este tipo de soluciones refuerzan el compromiso del hotel con la sostenibilidad.

Innovar para competir

Según una encuesta publicada por VisualMatrix, el 92% de los líderes hoteleros considera urgente la adopción de nuevas tecnologías. Y no es para menos: Quienes invierten en innovación no solo resuelven mejor los desafíos operativos, sino que también fortalecen la lealtad del huésped y optimizan su rentabilidad.

 

Los retos de la gestión hotelera en temporada alta no son nuevos, pero las soluciones disponibles hoy ofrecen una oportunidad para transformar esa presión en una ventaja. Automatización, conectividad y eficiencia energética ya no son extras: Son los nuevos estándares de una hospitalidad moderna, competitiva y preparada para el futuro.