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A partir de enero de 2026, todas las personas físicas deberán contar con una CURP biométrica para realizar trámites en bancos, instituciones gubernamentales, de salud, seguridad y justicia. El decreto, publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 16 de julio de 2025, establece que el nuevo documento integrará huellas dactilares, escaneo de iris, fotografía y firma electrónica, tanto en formato físico como digital.

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Aunque la medida busca reforzar la autenticidad de la identidad ciudadana y combatir delitos como la desaparición forzada, especialistas advierten que la centralización de datos biométricos también abre la puerta a riesgos significativos.

 

México enfrenta una alta incidencia de ciberataques: Tan solo en el primer trimestre de 2025 se registraron más de 35 mil millones de intentos de intrusión digital, es decir, alrededor de 270 mil por minuto, según Fortinet.

 

“Es una buena idea, pero con un riesgo mayúsculo, ya que, si esa información se filtra, no es algo que tú puedas cambiar como tu identificación”, señaló Ricardo Darling, vicepresidente de Ciberseguridad en C3ntro Telecom.

Organizaciones como la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM han alertado que, sin un marco legal sólido ni una infraestructura de seguridad robusta, la iniciativa podría derivar en vigilancia indebida, suplantación de identidad o filtraciones irreversibles.

 

 

Darling subrayó que, aunque la CURP biométrica fue diseñada para ser difícil de vulnerar, un ataque exitoso a la base que concentre la información de millones de mexicanos representaría un riesgo de impacto masivo. Por ello, recomendó que las empresas se anticipen y fortalezcan sus sistemas de protección de datos.

 

Entre las medidas sugeridas se encuentran: Implementar cifrado extremo a extremo en todo el proceso de captura y almacenamiento; segmentar la información sensible en diferentes servidores para limitar el impacto de una filtración; reforzar la autenticación multifactor y los controles de acceso; además de auditar y monitorear en tiempo real cualquier acceso irregular a las bases de datos. Asimismo, destacó la importancia de capacitar al personal para prevenir ataques de phishing e ingeniería social.

 

La introducción de la CURP biométrica marcará un punto de inflexión en la gestión de identidad en México, con beneficios potenciales para la reducción del fraude y una mayor seguridad en trámites. Sin embargo, también exigirá que tanto el gobierno como las empresas eleven sus estándares de ciberseguridad y construyan un marco legal y operativo confiable. En un entorno donde los datos biométricos son imposibles de cambiar, la prevención será la defensa más sólida.