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Los bancos enfrentan crecientes presiones para modernizar sus servicios dirigidos a los pequeños y medianos comercios, mientras las PayTechs ganan terreno gracias a su agilidad, menores costos y adopción de inteligencia artificial. La competencia tecnológica redefine el ecosistema global de pagos.

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La competencia por los servicios de pago se ha convertido en una carrera contrarreloj. Los bancos tradicionales enfrentan uno de sus mayores desafíos: modernizar su oferta para retener a los pequeños y medianos comercios, un segmento que hoy mira con creciente interés a las empresas PayTech, más rápidas, flexibles y centradas en la experiencia del usuario.

 

El Informe Mundial de Pagos 2026, elaborado por el Instituto de Investigación de Capgemini, advierte que los sistemas de pago de los bancos generan frustración entre los negocios, especialmente los más pequeños. En promedio, los comercios pierden hasta nueve horas de operación al año por fallas o caídas en los servicios, lo que reduce su confianza y los impulsa a probar alternativas tecnológicas.

 

La brecha tecnológica se amplía

Mientras los bancos enfrentan limitaciones por costos y estructuras heredadas, las PayTech —empresas diseñadas para ofrecer soluciones digitales de pago— han tomado la delantera. Un 60% de ellas ya utiliza inteligencia artificial generativa para optimizar sus procesos y mejorar la experiencia del cliente, frente al 41% de las instituciones financieras tradicionales.

Esta diferencia en adopción tecnológica se refleja en la capacidad de respuesta. Incorporar un comercio a un sistema bancario puede tomar hasta siete días y costar alrededor de 496 dólares, mientras que las PayTech pueden hacerlo en menos de una hora por unos 214 dólares. Este contraste explica por qué los negocios valoran la rapidez y eficiencia como factores clave al elegir con quién operar.

 

 

Un mercado en plena transformación

A nivel global, el auge de los pagos digitales está cambiando la dinámica del sector. El informe estima que las transacciones sin efectivo superarán los 3.5 billones en 2029, impulsadas sobre todo por el crecimiento en Asia-Pacífico, donde las billeteras digitales y los pagos instantáneos ganan terreno a gran velocidad.

Las tarjetas, aunque seguirán presentes, están perdiendo peso en la mezcla de pagos. En 2020 representaban el 65% del total; para 2024 bajaron al 52%, mientras que las billeteras digitales pasaron del 13% al 25% en el mismo periodo.

La oportunidad de reinventarse

 

A pesar del avance de las PayTech, los bancos aún conservan una ventaja clave: la confianza. El 66% de los comercios sigue prefiriendo a los proveedores financieros tradicionales por su solidez, su reputación y su capacidad para ofrecer una amplia gama de productos.

 

Sin embargo, si los bancos no reducen la fricción en sus servicios —procesos lentos, costos elevados y escasa personalización—, corren el riesgo de perder relevancia. Para mantenerse competitivos, deberán integrar tecnologías como la inteligencia artificial y ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades de cada sector, desde minoristas hasta restaurantes o servicios de entrega.

 

El mensaje del informe es claro: la innovación no puede esperar. Aquellos bancos que logren poner al comercio en el centro de su estrategia podrán no solo conservar a sus clientes, sino también liderar la próxima generación de servicios financieros en la era digital.