Durante la misma, además de las ferias como MACO, ACME, BADA y las exposiciones en galerías y museos, esta vez se concretó una afortunada combinación de proyectos que se convirtió en el evento más relevante de la semana.
Y por el otro convenció a la famosísima artista conceptual serbia Marina Abramovic de presentar cuatro acciones en la Cuadra.
Marina Abramovic es considerada la 'abuela' del performance. En su época de estudiante en Belgrado y Zagreb empezó a explorar la utilización de su cuerpo y mente como materiales artísticos, forzando sus límites, para producir una transformación espiritual y emocional en sí misma y en el público.
Probablemente su performance más conocido es 'Rhythm' (Nápoles 1974) donde permaneció quieta durante seis horas permitiendo a los espectadores interactuar con su cuerpo. Comenzaron tocándola con una pluma de ave hasta llegar a objetos peligrosos como tijeras y una pistola cargada.
Para difundir su arte fundó un Instituto en Karyes, Grecia donde se aplica el método Abramovic.
El terreno que adquirió en las Arboledas, Atizapán de Zaragoza, Estado de México colindaba con el Hípico Francés (ya desaparecido) donde montaba la élite de la Ciudad de México, incluyendo a Barragán, otro apasionado de la equitación. Se construyó entre 1966 y 1968 cuando Barragán tenía 62 años.
Es la obra más grande diseñada por Barragán, quien recibió el premio Pritzker de arquitectura en 1980 solo dos años después, de que fuera instituido por Jay Pritzker miembro de la familia propietaria de los hoteles Hyatt y de los Chicago Cubs.
El primer premio lo recibió el arquitecto norteamericano Phillip Johnson y después de Barragán les fue conferido a creadores tan relevantes como Norman Foster, Renzo Piano, Zaha Hadid y Peter Zumthor. A la fecha se ha entregado 48 veces.
Al rescate de la Casa Estudio han seguido varios más. La Casa Pedregal (antes Prieto) gracias al talento y compromiso de César Cervantes pudo ser restaurada por Jorge Covarrubias y tiene un programa de manejo que permite una intensa actividad cultural y además puede ser visitada.
También la Casa Gilardi en San Miguel Chapultepec y la Casa Ortega (contigua a la Casa Estudio) tienen una vida cultural y ambas generan ingresos que les permiten funcionar con dignidad.
Mención aparte merece la Casa Gálvez en Chimalistac. Esta magnífica casa además alberga una importante colección de arte mexicano. Es posible visitarla, gracias a la generosidad de la familia Gálvez, si se cuenta con el privilegio de conocer a alguno de sus numerosos integrantes.
Preocupaba el destino de la Cuadra San Cristóbal porque la familia Egerstrom había decido venderla hace ya algunos años, aunque siempre pensaron en conseguir un comprador que se comprometiera a preservarla en su impecable condición.
Después de varios intentos fallidos, que incluyeron la posibilidad de que el Tecnológico de Monterrey la comprara, Fernando Romero, a través de la fundación sin fines de lucro que lleva su nombre, logró convencer a la familia Egerstrom de su proyecto y la adquirió.
La fundación promete un programa de actividades intenso e interesante que acercará a un amplio público el legado de Luis Barragán.