|  

La moneda mexicana interrumpió un proceso de tres años consecutivos de ganarle terreno al dólar.

1 No me gusta0

El peso cerró el año con una depreciación de 5.13% o 97 centavos, cotizando alrededor de 19.90 pesos por dólar, con el tipo de cambio tocando un mínimo de 18.5237 pesos el 17 de febrero y un máximo histórico de 25.7849 pesos por dólar el 6 de abril. La depreciación del peso en el año fue la mayor desde 2016, cuando perdió 20.45% frente al dólar tras las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en las que Donald Trump resultó ganador. Cabe mencionar que el peso mexicano había ganado terreno durante tres años consecutivos del 2017 al 2019.

En el año se observó un incremento importante de la volatilidad, la cual se ubicó en 19.62%, la más elevada desde 1995, cuando se ubicó en 36.92%. La volatilidad de 2020 fue incluso superior a la volatilidad de 2008 cuando se ubicó en 19.42%, por la reacción inicial de los mercados financieros al comienzo de la Gran Recesión. La elevada volatilidad del tipo de cambio se debió a los rápidos ajustes del mercado tras confirmarse la gravedad de la pandemia del Covid19 en la primera mitad del año. Entre el mínimo del año de 18.5237 y el máximo de 25.7849 pesos por dólar transcurrieron solo 35 sesiones, en las que el peso se depreció 39.2% o 7 pesos y 26 centavos.

En el año, la correlación del tipo de cambio con el índice ponderado del dólar se ubicó en 61.4%, ligeramente inferior a la correlación de 65.2% en 2019. La correlación se mantuvo elevada en los nueve meses de marzo a noviembre, ubicándose en un promedio de 84.2% (ninguno de estos meses fue inferior a 70%). Lo anterior pone en evidencia que la mayor parte de los movimientos del tipo de cambio durante este periodo se debieron a factores externos, principalmente el desarrollo de la pandemia del Covid19 y eventos relevantes, como la adopción de políticas fiscales y monetarias flexibles en Estados Unidos, que ocasionaron movimientos generalizados en el mercado cambiario frente al dólar. En el año, el mes con la menor correlación fue enero (-42.6%) y el mes con la mayor correlación fue noviembre (+94.7%), seguido de marzo (+93.4%).

Las divisas más depreciadas fueron todas de economías emergentes, siendo la más depreciada el peso argentino con 40.54%, seguido del real brasileño con 29.05%, la lira turca con 24.99%, el rublo ruso con 19.74%, el sol peruano con 9.23% y el peso mexicano, con 5.13%. El peso mexicano fue la sexta divisa más depreciada en una canasta amplia de cruces relevantes. Las divisas más apreciadas fueron la corona sueca con 12.29%, el euro con 8.93%, el dólar australiano con 8.92%, la corona danesa con 8.54%, el franco suizo con 8.40% y el shekel israelí con 6.94%.

En el año, los principales determinantes de los movimientos del tipo de cambio fueron los siguientes:

  1. El desarrollo de la pandemia del Covid19. El tipo de cambio comenzó a reaccionar con fuerza al alza el 20 de febrero, partiendo de niveles cercanos a 18.60 pesos y alcanzando un máximo histórico de 25.78 pesos por dólar el 6 de abril. En el transcurso del año se continuaron observando movimientos en función de noticias sobre la pandemia, tanto positivas por el proceso de desarrollo y distribución de vacunas contra el SARS-COV-2, como negativas por la propagación de la segunda ola del virus y las medias de confinamiento que se volvieron a implementar. Cabe señalar que, aunque hay otros factores que han tenido influencia sobre el desempeño del tipo de cambio, la mayoría de estos tienen origen en la pandemia del coronavirus y su impacto sobre la economía real, principalmente:

1.1.   La publicación de indicadores económicos relevantes. El impacto de la pandemia implicó el cierre de negocios de forma temporal y permanente, lo que se tradujo en caídas de la actividad económica. Para el caso de México, se estima una contracción del PIB de 8.7% en 2020, por lo que sería la mayor contracción económica desde la Gran Depresión. Aunque se ha observado una recuperación gradual desde la caída del segundo trimestre, esta recuperación se debe a un factor arrastre por la demanda de exportaciones, pues tanto el consumo como la inversión siguen mostrando caídas anuales significativas y una recuperación mensual lenta, mientras que el gasto público presentó un subejercicio de 6.8% en el gasto programable al mes de octubre.

1.2.   La implementación de medidas de política monetaria y fiscal ampliamente flexibles en Estados Unidos y otras economías avanzadas. Lo anterior permitió la apreciación del peso durante la segunda mitad del año, pues en el país Banco de México redujo gradualmente la tasa de interés hasta 4.25%, en contraste con la Fed que adoptó una tasa cercana a 0% en marzo. Esto permitió que la salida de capitales se frenara a partir de agosto. 

1.3.   Movimientos del precio del petróleo. La fuerte caída en la demanda de energéticos como consecuencia de la recesión económica ha hecho que en el año los precios del petróleo sigan mostrando un retroceso. En abril, el precio del WTI tocó un mínimo histórico de -40.32 dólares por barril, pues en ese momento los inventarios de crudo en Estados Unidos habían incrementado debido a la baja demanda. Esto llevó a una venta masiva de contratos futuros de petróleo con vencimiento en junio.

1.4.   Noticias sobre el desarrollo y disponibilidad de las vacunas contra el Covid19. Tres farmacéuticas (Pfizer-BioNTech, Moderna y AstraZeneca), dieron a conocer resultados positivos de su ensayo clínico final. Lo anterior, causó la expectativa de que en los próximos meses se pueda disponer de una vacuna efectiva, elevando la probabilidad de una recuperación económica más acelerada en 2021 y ocasionando optimismo en los mercados financieros.

  1. Una mayor percepción de riesgo relativo sobre México. Los eventos que generaron nerviosismo al interior del país fueron aquellos que afectaron la confianza de los inversionistas, como la cancelación de proyectos de inversión, entre ellos la planta de Constellation Brands, o la suspensión de operaciones de plantas para generación de energía renovable. También preocupa que se vulneren instituciones que dan certidumbre a los agentes económicos. En diciembre el intento por reformar la Ley del Banco de México generó nerviosismo ante el riesgo de sanciones internacionales al Banco Central y porque se vulneraría su autonomía. No se descarta que en meses posteriores la administración federal busque revisar, e incluso eliminar, organismos como la Cofece, el IFT y la Consar.

Para el 2021 se espera una menor volatilidad, pues después de un año lleno de vaivenes, generalmente sigue un año tranquilo. En términos de la pandemia, es probable que continúe la distribución de las vacunas principalmente en economías avanzadas, y aún y cuando no se tenga disponibilidad global, esto reduciría la aversión al riesgo de los inversionistas.

Se siguen considerando tres escenarios para el tipo de cambio, dependiendo de la percepción de riesgo y la posición monetaria relativa de México respecto a Estados Unidos. El escenario optimista es el que parece tener mayor probabilidad de ocurrencia actualmente.

  • Escenario pesimista: tipo de cambio alrededor de 22.00 a 23.00 pesos.
  • Escenario medio: tipo de cambio alrededor de 20.50 a 21.50 pesos.
  • Escenario optimista: tipo de cambio alrededor de 18.50 a 19.50 pesos.