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En el acumulado de todo el 2019, el Producto Interno Bruto del país se contrajo -0.1 por ciento, señaló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía .

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La economía de México presentó en el cuarto trimestre de 2019 (4T19) una contracción de -0.3% respecto al 4T18, ligando tres trimestres consecutivos con una tasa de crecimiento negativo, confirmando que está en recesión.

Cifras preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indicaron que en el acumulado de todo el 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo -0.1 por ciento.

Esta es el primer retroceso para todo un año desde 2009, pero a diferencia de hace 10 años cuando el motor principal de la recesión fueron factores externos -aunque la crisis de la influenza también contribuyó-, ahora son fundamentalmente factores internos los que determinaron el ajuste toda vez que Estados Unidos está en plena expansión.

El desempeño negativo ha sido determinado por la contracción de la actividad industrial (sector secundario) que cayó -1.8% anual en el 4T19 y -1.7% en todo 2019; asimismo, por el debilitamiento del sector servicios (terciario) que apenas avanzó 0.2% anual en el último trimestre y 0.5% en el acumulado de todo el año; el sector primario repuntó 1.9% en el 4T19 y en todo el año.

Ahora vale la pena preguntar si la economía ya tocó fondo. Al respecto, analistas de BX+ indicaron que “en 2020, la actividad respondería positivamente a un menores tasas de interés, mayor eficacia en la aplicación del gasto público y disipación parcial de la incertidumbre (T-MEC). Sin embargo, prevemos un rebote modesto en el crecimiento, derivado del menor dinamismo esperado para la industria estadounidense (exportación) y los bajos niveles de inversión en nuestro país acumulados en los últimos años”.

Por su parte, analistas de Invex opinaron que “la colaboración entre el sector público y el sector privado será fundamental para impulsar proyectos de inversión productivos que generen crecimiento, particularmente si la actividad industrial, la construcción y el comercio exterior tardan más tiempo en reactivarse”.

Agregaron que “para identificar si efectivamente la economía comenzará a reactivarse a partir de este año es muy importante analizar oportunamente los datos de crecimiento que se publiquen a partir de febrero. El hecho que el PIB se haya mantenido estancado en una base de comparación trimestral da señales sobre la baja efectividad de las políticas económicas que se implementan actualmente. Por el momento no ajustamos nuestro estimado para el crecimiento del PIB de 2020 (0.9% anual) hasta no conocer resultados tangibles sobre la colaboración anunciada entre los sectores público y privado en temas de inversión, así como la ejecución de proyectos de infraestructura energética. Los riesgos que hemos detectado para el sector externo (desaceleración en Estados Unidos y cierta recuperación en el comercio global) permanecen sin cambios”.