Los ingresos por suministro de bienes y servicios, que conocemos mejor como las ventas al menudeo, experimentaron en mayo una contracción -23.7% respecto al mismo mes del año anterior, siendo el segundo mes consecutivo con fuerte caída, informó el Instituto nacional de estadística y geografía (INEGI). La contracción fue prácticamente igual a la del mes previo (-23.8% a tasa anual en abril), mostrando todavía el fuerte impacto de las medidas tomadas para el combate del COVID-19.
Un análisis de Banorte indicó que al igual que en abril, “el desempeño estuvo influenciado por los efectos de la pandemia, recordando que las medidas de distanciamiento social continuaron en su nivel más estricto durante el periodo. Los patrones típicos de consumo permanecieron afectados, evidenciado por el desempeño sectorial. En este sentido, las categorías esenciales –relacionadas con alimentos y artículos de salud– continuaron entre los más fuertes. Por el contrario, aquellos más expuestos al cierre de tiendas, catalogados como bienes duraderos y más sensibles a un menor ritmo de actividad económica, siguieron mostrando una gran debilidad”.
“Creemos que la apertura gradual de la economía, que se aceleró en junio, podría ser un soporte adicional para los servicios. En este sentido, los datos más adelantados de ventas de vehículos y mismas tiendas de la ANTAD sugieren que la recuperación secuencial podría haberse tomado más fuerza en junio a pesar de seguir baja en términos absolutos”. Agregaron que esperan “que los consumidores permanezcan cautelosos, lo que limitaría la fuerza de un potencial rebote”.