Esta estrategia, conocida como nearshoring, busca consolidar operaciones más rentables y eficientes. En el caso de México, esta tendencia está siendo impulsada por diversos factores que ofrecen tanto beneficios como desafíos.
Mario Hernández, socio líder del segmento IMMEX de KPMG México, opina que hay cuatro beneficios de la relocalización global de empresas para el sector de manufactura en México, que varían según el tipo de producto, así como de factores y retos en el proceso de selección. Algunos de ellos son:
- Logística:
- Costo:
El país posee un potencial significativo en términos de costos gracias a su ubicación estratégica, pero su desempeño en categorías como eficiencia, calidad del transporte y precios competitivos aún puede mejorar según evaluaciones del Banco Mundial.
- Disponibilidad de personal capacitado:
- Facilidad para hacer negocios:
Las diferencias en el entorno de negocios entre estados mexicanos ofrecen oportunidades y desafíos. Además, las empresas pueden beneficiarse de incentivos fiscales y apoyo gubernamental, como reducciones de impuestos y asistencia en capacitación y reclutamiento, dependiendo de la inversión y los empleos generados.
Para concluir, el nearshoring en la industria manufacturera mexicana ofrece una serie de ventajas, desde logística robusta hasta incentivos gubernamentales, pero también plantea desafíos como la competencia y la calidad del capital humano. Evaluar cuidadosamente estos factores es crucial para maximizar los beneficios de esta estrategia de relocalización.