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El panorama económico de México para 2025 presenta un escenario complejo marcado por una desaceleración en el crecimiento y diversos retos estructurales.

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Tras un 2024 caracterizado por eventos geopolíticos y procesos electorales globales, las perspectivas para el presente año apuntan a desafíos significativos en consumo, inversión y comercio exterior.

 

Será un año de grandes retos para la economía mexicana. La combinación de un crecimiento económico débil, una inversión estancada y un consumo desacelerado plantea un escenario desafiante. Sin embargo, el crecimiento en las exportaciones y el manejo prudente de la política monetaria podrían mitigar algunos de estos impactos, de acuerdo con un análisis de Intercam.

 

En un contexto de incertidumbre global y tensiones comerciales, será crucial que México mantenga un equilibrio entre la disciplina fiscal y el impulso a la inversión productiva. Además, será fundamental fortalecer las relaciones comerciales con socios estratégicos y diversificar las fuentes de crecimiento económico para afrontar los retos del presente año.

 

De acuerdo con el análisis de la institución financiera, la economía mexicana cerró el 2024 con un crecimiento anual del 1.7 por ciento. Para 2025, la expectativa es aún más moderada, con un crecimiento proyectado de apenas 0.9 por ciento.

 

Se debe esta desaceleración, principalmente, a la debilidad en el consumo privado, un componente clave de la actividad económica. En octubre de 2024, el consumo privado registró un crecimiento anual del 0.5%, pero cayó un 0.7% mes a mes, acumulando dos meses consecutivos de retrocesos.

Por otro lado, la creación de empleo formal mostró cifras alarmantes. En 2024 se generaron solo 214 mil empleos formales, muy por debajo de la demanda anual estimada de un millón de nuevos puestos de trabajo. Este desempeño laboral afecta directamente al poder adquisitivo de las familias y limita la capacidad del consumo para impulsar la economía.

 

 

Inversión estancada

Indicó el análisis de Intercam que la inversión fija bruta también ha mostrado signos de debilitamiento. En octubre de 2024, retrocedió un 2.6% en términos anuales y acumuló diez meses de estancamiento. Esto refleja una pausa en proyectos productivos clave, lo que impacta negativamente el crecimiento económico en el corto y mediano plazo. A este escenario se suma el efecto marginal de los esfuerzos de consolidación fiscal, que también contribuyen a moderar la actividad económica.

Exportaciones: Una luz en el camino

 

En contraste con el debilitamiento del consumo y la inversión, las exportaciones podrían ser un contrapeso positivo. Aunque en 2024 las exportaciones se vieron afectadas por una manufactura debilitada en Estados Unidos, México logró ganar participación de mercado en el comercio con su principal socio comercial. Para 2025, se proyecta un crecimiento de las exportaciones del 2.2%, superior al de los dos años anteriores. Sin embargo, esta mejora está sujeta a la recuperación de la producción industrial estadunidense y a la amenaza latente de nuevos aranceles.

 

Inflación y política monetaria

La inflación también enfrenta retos significativos en 2025. En 2024, la inflación general bajó de 4.6% a 4.2%, impulsada principalmente por un descenso en la inflación subyacente, que cayó de 5.1% a 3.7 por ciento. Este descenso estuvo relacionado con factores como la apreciación del peso frente al dólar y la entrada masiva de mercancías chinas, que compiten a menores precios en el mercado mexicano.

Sin embargo, varios de estos factores no se repetirán en 2025. La depreciación del peso podría revertir el efecto positivo en los precios de importación, y la introducción de aranceles del 15% a productos como automóviles chinos podría ejercer presión al alza en los precios. Se estima que la inflación subyacente cerrará el 2025 en 3.8%, mientras que la inflación general alcanzará el 3.9 por ciento.

En este contexto, el Banco de México adoptará una postura prudente. Aunque se espera un recorte de 50 puntos base en la tasa de referencia en febrero, los recortes subsecuentes serán más moderados, con una tasa esperada de 8.50% al cierre del año.

Tipo de Cambio: Volatilidad en el horizonte

Se perfila el tipo de cambio como una de las variables más difíciles de prever en 2025. Durante enero, la amenaza de aranceles elevó el tipo de cambio a 20.90 pesos por dólar en varias ocasiones, reflejando la incertidumbre en la relación bilateral con Estados Unidos. A pesar de este entorno volátil, la cuenta corriente de México se mantiene equilibrada, lo que podría amortiguar algunas presiones externas, apuntó el análisis de Intercam.

Retos arancelarios y dependencia del comercio exterior

 

Uno de los principales desafíos para 2025 es la posible implementación de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos. La narrativa de "menor dependencia de las importaciones chinas" podría impactar no solo a los flujos comerciales, sino también a la inflación interna en México, dado el papel de los productos importados en el mercado nacional. Los sectores automotriz y de bienes de consumo podrían ser los más afectados.